Capítulo 50: "¿Cuáles son sus intenciones?"

3.6K 398 162
                                    

—Señoras, ¡bienvenidas! —el hostess del restaurante saluda a Mayra y a Zia e, inmediatamente, las lleva a una mesa. Luego de ordenar, cada una un café, comienzan a conversar:

—Me siento muy honrada de que aceptara mi invitación —le dijo Zia a Mayra mientras le daba un sorbo a su café.

—De nada, Señora Zachrisson —Mayra está incómoda, obligada por las circunstancias.

—Querida, por favor, no me trates con tanta formalidad que me haces sentir muy vieja. Mi nombre es Zia, puedes llamarme así y, por favor, tutéame. 

Mayra le responde con una sonrisa fingida.

—Dime, querida, ¿cómo están las cosas entre Adán y tú?

—¿A qué se refiere?

—Tengo la impresión de que siguen disgustados. 

—Señora Zachrisson —Mayra se irrita—. No me parece que ese sea un tema para discutir entre nosotras.

—Relájate, no me lo tomes a mal. Aunque si es una verdadera pena que las cosas esten así entre ustedes dos. Sobre todo en estos momentos, cuando mi marido le propuso al tuyo, apoyar su candidatura para presidente del Colegio de Abogados. De hecho, la candidatura es una mera formalidad; con el apoyo de Eduardo, Adán ganará.

—No tenía idea de esto que me cuenta.

—¿No te contó Adán este asunto? 

—No. No me comentó absolutamente nada.

—De hecho, ese es el motivo por el cual venimos a Gazebo, para ayudar a Adán a tomar la mejor decisión sobre ese asunto. Y es que creeme cuando te digo que si Adán acepta, tu vida y la de toda tu familia va a cambiar.

—Qué me está tratando de decir con eso. Sea más clara y evite tanto rodeo al hablar.

—Cuando Adán sea el Presidente del Colegio de Abogados, obtendrá un reconocimiento a nivel internacional como nunca antes lo ha tenido. Eso, obviamente, los incluye a ustedes, su esposa e hijos. Eduardo, en cuanto Adán le dé el sí, piensa contratar a tu hijo, ese que según tengo entendido acaba de graduarse, como Jefe del Departamento Jurídico de sus empresas. Para tu hija, Lucía, me parece que se llama, le tiene el pase directo para que termine sus estudios en una de las universidades más prestigiosas a nivel mundial. Y finalmente, pero no menos importante, para ti, el financiamiento suficiente para que tu boutique se convierta en una cadena de tiendas por todo el país.

—Todo esto suena muy bien, pero no comprendo, ¿cuáles son sus intenciones con todo esto? ¿qué ganaría el Ingeniero?

—Quien sabe, pero ten por seguro que Eduardo tiene el suficiente poder como para cumplir cada cosa que te he mencionado. 

—No se que decirle.

—Simple, di que sí. Como la buena esposa que has sido deberías de encargarte de que el cabeza dura de Adán entre en razón. Desde que los conozco, he escuchado hablar de que su matrimonio es perfecto, un ejemplo para muchos, bueno, este es el momento para demostrar que todos eso no son simples rumores. Te recomiendo que por el bien de su familia dejen de lado todas sus diferencias. Porque Mayra, querida, aceptar esto los catapultará a otro nivel, uno que solo unos cuantos podemos darnos.

Una sonrisa maquiavélica se dibujó en los labios de Zia, luego de decir esas últimas palabras. Terminó de beber su café para poder disimular. Ella sabía que por lo desconcertada que se veía Mayra, la tenía justo donde la quería.

—¡Ay, Dios! —exclamó Zia, fingiendo preocupación mientras observaba su reloj.

—¿Qué le pasa? —Mayra sale del trance.

Adán y Esteban Donde viven las historias. Descúbrelo ahora