Ansias caníbales

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Nos bajamos del taxi, pagamos y cada quien se apoyaba en alguien. Todos estábamos algo tomados. Era gracioso vernos caminar porque algunos tropezábamos y otros como el panda se caían y arrastraba a alguien más. Todo esto era por supuesto gravado, tomado fotografías para luego ser subidas en sus redes sociales.

Al llegar a la casa, los chicos dejaron las bolsas de las compras en la mesa de la sala. Le habían pedido a los taxistas que pararan en algunos puntos para poder comprar comida y bebidas. Fue gracioso porque era una misión imposible evitar que los reconocieran. Le dieron play a la música y la fiesta siguió su curso.

Las chicas y yo empezamos a movernos alrededor de los chicos quienes reían con nuestras locuras. Ji intentaba acercarme a él pero yo retrocedía y negaba con la cabeza. De un momento a otro, de la lista de reproducción de Em, salió una canción en español y gritamos como locas. Sacamos nuestro mejor lado latino y empezamos a movernos.

Me quedé algo sorprendida cuando Em era acorralada por Dae y como Sun era acorralada por TOP. El panda bailaba con un poster y Tae bailaba solo. Yo me vi encarcelada por los brazos de Ji y nos dejamos llevar por la música.

Todos nos movíamos al compás de las canciones. Los chicos se movían muy bien. Sabían mover esas caderas. Bueno ya sabía que mi querido novio tenía un movimiento pélvico único y eso me hacía enloquecer. Entre tanto y tanto nos dábamos besos.

—Iré por más trago a la cocina—le dije mientras me alejaba de él, más bien huía.

No miré hacia atrás en ningún momento, simplemente hui. Mis hormonas me estaban jugando una muy mala pasada. Mis pensamientos eran un caos y mi corazón amenazaba con salirse de mi pecho. Todo era muy intenso. Todo en Ji me atraía.

Abrí la refrigeradora y permití que el aire frío calme mi acelerado pulso y el tremendo calor que empezaba a sentir por todo mi cuerpo. Saqué un par de latas de cerveza, las dejé encima del mesón y no dude en abrir una y empezar a beberla.

Tomé la lata de cerveza y me acerqué hacia uno de los mesones. Con un poco de impulso me sentí encima y seguí bebiendo. Inhalaba profundamente y exhalaba permitiendo calmarme. Cerré mis ojos unos segundos intentando calmar mis pensamientos.

—Ely...—sentí claramente unos manos recorrer mis piernas y mi corazón volvió a latir rápidamente. Luego de repente unos labios estaban sobre los míos.

Dejé la lata de cerveza a un lado, pasé mis brazos alrededor de su cuello y mis piernas automáticamente rodearon su cintura y con esta postura nuestras intimidades se rozaban. Notaba claramente aquel bulto y mi vientre se contrajo.

El beso se volvía cada vez más intenso. Mis manos empezaron a jugar con su cabello y lo jalaba entre tanto y tanto, esto pareció gustarle porque se estremecía. Sus manos subieron hasta posarse en mi cintura y estas poco a poco se metieron debajo de mi blusa tocando mi vientre y mi cuerpo se estremeció.

Movimiento de caderasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora