—Oppa...—no pude evitar sonreír.
Lo conocí de la manera más extraña del mundo, en el baño de mujeres. Fue un día cuando Em y yo no teníamos nada que hacer, los chicos estaban realizando un proyecto así que nosotras decidimos dar un paseo.
Recorrimos muchas calles. Sentía que en cualquier momento nos podíamos perder pero no nos importó. En algún punto había anochecido y decidimos entrar a un restaurante a comer algo, estábamos hambrientas. Entramos y pedimos algo de comer. No pude evitar darme cuenta que había un señor con una cámara y esta apuntaba a un punto específico del local. No le di importancia y seguí conversando con Em.
Nos trajeron la comida y a mí me dio ganas de ir al baño. Localicé el mismo y me encaminé hacia allá. Hice mis necesidades y luego me percaté a alguien extraño dentro del baño, extraño porque estaba oculto tras unas gafas y a kilómetros de distancia te podías dar cuenta que era un hombre. En situaciones como éstas lo normal sería gritar pero como yo no soy normal, ignoré a esa persona y me dirigí al lavado a limpiar mis manos.
—Hentai...—no sé si lo habré susurrado pero él me miró.
—Hentai...—le volví a repetir. Me terminé de lavar mis manos.
—Si fuera una persona normal, créeme que estuviera gritando...así que ten cuidado que no te descubran—sentí su mirada en mí y luego una escuché una leve risa.
—No eres normal—me alcé de hombros.
—No. En una situación como esta, cualquier chica estuviera gritando... y...—no me dejó terminar de hablar.
— ¿Por qué no lo has hecho?—me alcé de hombros.
—No luces como un pervertido...—lo miré de pies a cabeza—Parece como si te estuvieses escondiendo de alguien...—lo miré detenidamente.
— ¿Una novia, quizás?—él negó con su cabeza.
— ¿Esposa?—negó otra vez.
— ¿Una amante?—lo dije con voz sorprendida y él negó con su cabeza y volvió a reír.
—Mmm...la última opción que me queda es que eres algún tipo de súper estrella...—su cuerpo se puso tenso y lo volví a analizar, sentía que lo conocía de algún lado.
—Bueno, sea como sea...amigo este es el peor lugar para ocultarse...—negué con mi cabeza.
—Hasta luego y suerte con tu juego de escondidas—empecé a alejarme y de repente tomó mi mano.
— ¿Cómo te llamas?—me giré un poco.
—Elizabeth o me puedes decir Ely, mucho gusto—claramente era el peor lugar para conocer a alguien.
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Movimiento de caderas
RomanceEl sueño de toda su vida era obtener una maestría en el extranjero, en cualquier país. El conocer la cultura asiática en especial la coreana, la dejó fascinada y desde ese instante se convirtió en su meta a seguir. Nunca se imaginó que allá se enco...