Capítulo 48
Los días pasaron muy rápido y ya por fin era sábado. Todo estaba preparado. En la mañana lo sorprendí con un desayuno y un buen sexo mañanero. A veces me sorprendía lo atrevida que me había vuelto, pero todo era culpa del pecaminoso de mi novio.
Ji estaba más que feliz con la comida, no dudó en tomarle fotos y subirlas a sus cuentas de IG. Obviamente en la cuenta pública recibió miles de comentarios de felicitaciones y deseándole lo mejor en su día. Mi ángel hermoso estaba sumamente sonriente. Sus actividades como artista habían sido suspendidas durante el tiempo que yo me había quedado con él. Cuando yo retome mis estudios, él retomará su carrera.
Nos pusimos ropa discreta, bueno lo más discreta porque él iba cubierto con su gorrito negro, cubre bocas, gafas y una chaqueta alta que cubría su tatuaje en su cuello y yo con el de PEACEMINUSONE. Antes de salir nos tomamos una foto.
Estaba algo ansiosa y nerviosa. No quería que nadie lo reconociera y nos arruinara el día. Rogaba a todo lo sagrado allá arriba para que no nos sucediera nada. Ji venía con una sonrisa de oreja a oreja, tenía su cubre bocas a un lado. Tomó mi mano entre la suya, la acercó a sus labios y le dio un casto beso. Mi corazón latía desbocado.
Llegamos al centro comercial y se cubrió. Al descender tomó mi mano entre una de las suyas.
Empezamos a caminar y entre tanto y tanto habían ciertas miradas indiscretas. Por suerte yo también cargaba gafas. Antes me parecía de gente ridícula utilizar gafas dentro de un centro comercial pero ahora entendía sus miles de usos.
Entramos a algunos locales de ropa. Él se estuvo probando algunas prendas pero ninguna le agradó. Me hizo probar algunas prendas, le encantó como me quedaba un vestido negro. Luego compró los zapatos y accesorios que combinaran. Inclusive la cartera.
Ji cargaba las bolsas de las compras. Entramos a algunos locales más e inclusive a una librería. Mi pequeño paraíso personal. Estaba como un niño en dulcería. Literalmente corría de un estante a otro. Encontraba tantos libros que me encantaban. Ji me dijo que me podía llevar todos. Quería gritarle que sí pero me negué.
—Ely, el dinero se hizo para gastar—me dijo mientras veía como dejaba otro libro.
—Ji...—él acarició mi mejilla.
—Cariño sé que no te agrada que la gente gaste dinero en ti dándote presentes pero...—se alejó unos pasos y cogió el libro que había dejado—He trabajado por muchos años y no soy de los que gasta dinero a cada segundo. Sé cuánto adoras leer y me encanta verte sonreír—suspiré.
—Sólo uno—lo escuché reír.
—Por ahora—me crucé de brazos y él solo negó con su cabeza.
Seguimos recorriendo las tiendas. Llegamos a un punto que ambos nos moríamos de hambre. Compramos algo de comer y nos sentamos en la mesa más alejada fuera de la vista de los curiosos. Se sentó dando la espalda a todos y yo me senté a su lado. Se retiró su cubre bocas y empezamos a comer. Me sentía algo aliviada que no había mucha gente.
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Movimiento de caderas
RomanceEl sueño de toda su vida era obtener una maestría en el extranjero, en cualquier país. El conocer la cultura asiática en especial la coreana, la dejó fascinada y desde ese instante se convirtió en su meta a seguir. Nunca se imaginó que allá se enco...