Capítulo 54
—Ely, cariño...—escuché la voz de Em y luego unos brazos envolverme. Sentía que me estaba asfixiando.
—Cariño te está dando un ataque de pánico—me susurró al oído. Me separé un poco de ella y negué con mi cabeza.
—Duele...—le dije mientras posaba mi mano sobre mi cabeza y la otra en mi pecho.
—Vamos—me dijo mientras tomaba mi mano entre las suyas. Cuando íbamos a empezar a caminar, nos vimos interceptadas por Ji. Mi pecho y cabeza volvieron a doler. No quería verlo ni a él ni a ella.
—Apártate de mi camino—le dijo Em.
—No—le respondió. Sus ojos se clavaron en los míos y yo desvié mi mirada—Ely...—me llamó y yo negué con mi cabeza.
—Sólo déjanos pasar, por favor—escuché unos pasos acercarse y yo retrocedí unos cuantos más.
—Ely...—negué con mi cabeza. Escuché un gruñido y luego sentí como mi mano era tirada a la fuerza y halada hacia adelante. Mi vi envuelta entre sus brazos. No tenía fuerzas para pelear con él. Ansiaba su calidez.
—Una vez me dijiste que se debe conversar los problemas—su cuerpo temblaba.
—Sólo sácame de aquí—le dije.
—Está bien—me dijo mientras se alejaba de mí y tomaba mi mano entre las suyas.
—Por favor díganle al director Yang que ya no regresaré—les dijo a los chicos. Mis amigos miraban con algo de recelo a Ji.
Nesa me tendió mi pequeño bolso y sin mirar atrás empezamos a caminar hacia, la verdad no me importaba hacia dónde íbamos. Sólo quería irme de ese lugar. Alejarme de todos y de todo, en especial de esa mujer.
No sabía cómo pero ya nos encontrábamos en su auto. Él conducía rápidamente. Mi cabeza y pecho se sentía muchísimo mejor. Cerré los ojos unos segundos. De repente sentí una mano sobre la mía pero yo no hice ademán de devolverle el apretón y a pesar de eso, él no quitó su mano. Una parte, una minúscula parte se sintió un poco aliviada.
Cuando llegamos, yo misma abrí la puerta del auto y descendí. Empezamos a caminar en completo silencio. Introdujo el código y yo pasé primero. Lo sentía detrás de mí y podía sentir claramente su ansiedad.
Llegamos hasta la sala y Ji daba vueltas. Yo me abrecé a mí misma. Era la única manera de protegerme. Ansiaba un poco de paz.
—Ely... por favor háblame—sus ojos mostraban dolor y confusión. Miré hacia abajo, cerré mis ojos e inhalé profundamente. Dejé que todo mi cuerpo se enfriara y luego lo miré.
—Ji, tienes una sola oportunidad y espero que respondas con total sinceridad—él asintió. Lo miré a los ojos.
— ¿Qué relación tienes con Nana Komatsu?—eso lo tomó por sorpresa. Lo podía notar por su expresión corporal y sus facciones.
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Movimiento de caderas
RomanceEl sueño de toda su vida era obtener una maestría en el extranjero, en cualquier país. El conocer la cultura asiática en especial la coreana, la dejó fascinada y desde ese instante se convirtió en su meta a seguir. Nunca se imaginó que allá se enco...