Adiós amor

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Capítulo 36 

Al despertarme me sentía algo desorientada. Cerré mis ojos unos minutos y dejé que todas las imágenes del día anterior invadieran mi mente. Y no pude evitar suspirar. Necesitaba regresar a la universidad y tener una larga charla con Ji.

Fui al baño, que por suerte había uno dentro de la habitación, me lavé el rostro y enjuagué mi boca con agua. Sentí que tocaron a la puerta y no pude evitar sonrojarme, lo más probable es que ya se haya percatado que le había puesto el pestillo.

Me encaminé hasta la puerta y ahí estaba Joon saludándome con una gran sonrisa. Me dijo que el desayuno ya estaba servido y si se percató lo del pestillo, no hizo comentario alguno, cosa que agradecía. Durante el trayecto hacia el pequeño comedor, no dijimos nada.

— ¿Cómo dormiste?—me preguntó.

—Muy bien, gracias—le sonreí.

—Ely, hay reporteros rodeando la zona...—casi escupo lo que estaba comiendo.

— ¡Qué!—le dije.

—Sí, no sé cómo...—negué con mi cabeza.

—Necesito salir de aquí...—le dije al borde de la histeria.

—Lo sé—me dijo algo apenado, sabía que no era su culpa pero ya no podía estar ahí.

—Nos iremos en la van polarizada hacia la agencia...—lo miré sin comprender.

— ¿Tienes manera de contactarte con tus amigos?—negué con mi cabeza y luego vino una idea.

— ¿Puedes prestarme tú celular unos segundos?—él me miró algo extrañado.

— ¿Te importa si cierro tu cuenta de IG?—él negó con su cabeza.

Entre rápidamente a mi cuenta y le envié un mensaje a Em. Esperé unos minutos luego de unos segundos me bombardeó de mensajes. Las ignoré todas y le dije que me esperara en la agencia de Joon. Ella aceptó pero me exigió que tenía que contarle todo y tenía algo que contarme.

—Vamos—le dije con una sonrisa. Le devolví el celular, no sin antes cerrar mi cuenta y nos pusimos en marcha. Le indiqué quien era la persona que me iba a ver para que la dejaran pasar.

Durante el trayecto ambos íbamos en silencio. La verdad estaba sumamente ansiosa por reunirme con mis amigos pero sobretodo necesitaba escuchar la voz de Ji. Desesperadamente necesitaba hablar con él.

Fuimos por el mismo lugar por donde habíamos ido al salir el día de ayer del edificio. Mi ansiedad crecía a medida que caminábamos y cuando escuché la risa de Em, no dudé ni dos segundos en correr a su encuentro y esta al verme corrió hacia a mí y nos fundimos en un abrazo. Sabía que estábamos siendo ridículas pero necesitaba el calor de mi amiga.

Movimiento de caderasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora