Siga Participando

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Miré resignada por centésima vez mi correo y no había ninguna novedad, a estas alturas estaba empezando a perder las esperanzas de tener alguna respuesta positiva

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Miré resignada por centésima vez mi correo y no había ninguna novedad, a estas alturas estaba empezando a perder las esperanzas de tener alguna respuesta positiva. Muchos eran de "siga participando", bueno exactamente eso no era lo que decían los correos pero al final ese era el mensaje. No podía evitar suspirar de frustración y que me entraran unas enormes ganas de llorar pero debía ser fuerte y no perder las esperanzas porque al final del día eso es lo último que se pierde.

Continué revisando correos del trabajo y respondiendo cada uno y pasaron algunos minutos y mi jefe me pidió realizar unos reportes. Escuché atenta a cada una de sus indicaciones y me puse a trabajar en ellos, cada cinco minutos actualizada mi correo y revisaba el "spam" pero no había respuesta positiva.

Mi celular no paraba de sonar por los diferentes WhatsApp que me llegaban al grupo de "Big-Bang" en el que estaba agregada. Esas chicas me alegraban el día con sus locuras y siempre me decían "no pierdas las esperanzas Ely" y me enviaban muchas fotos de mi ángel, sabían cómo hacerme sonreír en medio de esta depresión que me estaba dando. En fin no podía darme por vencida. Como dicen por ahí "Se cerrarán mil puertas pero siempre habrá una ventana abierta"

Mi ajetreado día por fin dio por terminado. No dudé ni dos segundos en literal correr de la oficina e irme a mi casa. No aguantaba ni dos segundos más en esa oficina. No era que odiara a mi jefe, en realidad le tenía cierto aprecio pero me sentía asfixiada en esas cuatro paredes.

Llegar a mi hogar era como respirar otro ambiente. Primero que todo me di una larga ducha, no pude evitar derramar un par de lágrimas necesita desahogarme con algo. Comí algo ligero y me desconecté del mundo a través de la música que era mi único consuelo en ese momento. No deseaba saber de nadie ni de nada. Entre minutos entraba a leer uno que otro WhatsApp de las chicas y respondía poco, no estaba de muchos ánimos y creo que se percataron porque no dudaron en preguntarme y terminé desahogándome con ellas y como siempre me daban ánimos y buenas vibras, sirvió por un par de minutos y luego volvía a caer en depresión.

Lo que quedaba de la semana pasó exactamente igual, mis ánimos estaban cada vez peor. Pasaba de la irritación hasta la depresión total, sé que no debería comportarme de esa manera pero no podía evitar sentir aquella apabullante tristeza y desesperación. Pasaba desde la lectura, a escuchar música y pintar un poco. Los únicos momentos de felicidad era cuando mi ángel actualizaba en su cuenta de Instagram pero ni eso me sacaba del ánimo depresivo en que me encontraba.

El fin de semana pasó igual que la semana. Mis amigas intentaron levantarme el ánimo pero no pudieron, ellas también estaban a la espera de alguna novedad pero ellas no lo tomaban tan mal como lo hacía yo, pero este era mi sueño o por lo menos se había convertido desde hace un par de años atrás. Estudiar en el extranjero era algo que siempre había anhelado quizás mi primera visión no había Corea, pero cuando empezó a gustarme su cultura y todo lo que conllevaba ese país, se convirtió en mi meta y futuro.

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