Sus historias

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Capítulo 14

Sentía un pequeño calor sofocante y empecé a removerme para quitarme de encima ese calor y me percaté que esa fuente de calor se movía. Abrí mis ojos de inmediato y sentí la respiración de Ji en mi cara y todas las imágenes de lo que había pasado el día anterior invadieron mi mente y no pude evitar sonrojarme.

—Mierda...—susurré. Levanté mi rostro y me quedé sin aliento. Ji Yong era un hombre sumamente apuesto. ¿Cómo podían alguien lucir así estando dormido? Negué con mi cabeza.

Intente zafarme de él pero era misión imposible. Luego de tanto forcejeo pude salirme de la cama, era sorprendente que él no se haya despertado. Bueno luego de todo él mismo me había dicho que no era madrugador.

Mientras la bruma del sueño dejaba mi cabeza, recordé a ciertas personas y la pequeña venganza que tenía que llevar acabo. Sonreí. Les advertí que no se metieran conmigo así que tenían que aguantarse ahora.

Empezaba a maquilar mi pequeña venganza. Me encaminé en busca de mi aliado y lo encontré sentando comiendo cereales. Sonreí.

—Panda...—él me sonrió y yo le devolví la sonrisa.

—Buenos días, Ely...—se puso de pie y corrió a servirme algo de comer. Lo adoraba. Muchas veces sentía que yo era la hermana mayor.

— ¿Cómo te sientes?—le pregunté.

—Me duele un poco la cabeza pero aparte de eso, muy bien ¿y tú?—le respondí lo mismo.

— ¿Los demás? —pregunté y él se alzó de hombros.

—Aún siguen dormidos—asentí. Momento de empezar mi plan.

—Panda...—le sonreí dulcemente y él me miró extrañado.

— ¿Tú me quieres, cierto?—le pregunté y él asintió algo dudoso.

—Claro que sí—sonreí.

— ¿Tú me ayudarías en cualquier cosa?—él asintió.

— ¿Qué necesitas?—y acaba de vender su alma al diablo.

Le expliqué mi plan y aunque él parecía algo dudoso aceptó al final. Le dije que era una pequeña broma a sus hermanos mayores. Claro que él no le pareció tan gracioso lo que íbamos a hacer pero aceptó gustoso al final. Al fin y acabo a veces ellos se metían con él.

Empezamos a mover las piezas de nuestro plan y ambos reíamos cómplices de lo que estábamos haciendo. Al fin y acabo era mi pequeña venganza y el panda no lo sabía. Espero que no se meta en problemas por la pequeña broma.

Luego de que dejamos todo preparado, nos dispusimos a preparar el desayuno. Poco a poco la cocina se fue llenando, los únicos que no bajaban eran Ji y a los que les hicimos la inocente broma.

Movimiento de caderasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora