El sueño de toda su vida era obtener una maestría en el extranjero, en cualquier país. El conocer la cultura asiática en especial la coreana, la dejó fascinada y desde ese instante se convirtió en su meta a seguir. Nunca se imaginó que allá se enco...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Capítulo 62
— ¡Estás loca!—me dijo Em. Los había convocado a todos en la casa de Ji.
—Pero es original—dijo In.
—Así es—les dije. Miraba a mis amigos.
— ¿Tú crees que el director Yang acepte?—le pregunté a Ji. Lo escuché suspirar.
—No lo sé—dijo.
—Nada perdemos con intentar—dijo Sun igual de emocionada que yo.
— ¿Puedes organizar algo así?—preguntó el panda.
—Cuento con buenos contactos—les dije y todos rieron.
—Pero en serio, ¿podemos hacer algo así?—preguntó Katia y yo asentí.
—Es cuestión de organizarnos—les dije mirándolos a todos. Vi a In más serio de lo normal.
— ¿In?—le llamé. Lo escuché suspirar y luego sonrió.
—Hagámoslo—nos dijo y todos lo miramos.
— ¿A qué te refieres?—le preguntó Pat. Nos observó a todos y su mirada se tornó seria.
—Hay algo que debo contarles—todos tomamos posturas serias.
— ¿Qué sucede?—le pregunté. Me preocupaba la seriedad de su rostro.
—No soy quien piensan que soy—todos nos miramos entre sí.
—No te entendemos—le dijo Nesa.
—Mi nombre completo es Park In Gong—todos nos volvimos a mirar entre sí pero no entendíamos.
—Lo siento pero sigo sin entender—le dijo Nesa.
—Soy el heredero de la familia Park—miré a mis amigos y unos tenían miradas confusas y otros algo sorprendidos.
— ¿Te refieres a la familia Park, la del imperio Park?—dijo el panda y su voz sonaba asombrada. Yo seguía confundida.
—Así que tú eres el heredero perdido—dijo Top y yo lo miré con confusión.
— ¿De qué hablan?—les pregunté algo mosqueada.
—A que yo no pertenezco a una familia de clase humilde—me dijo—lo vi inhalar profundamente.
—Tanto mi mamá como mi papá son de familias adineradas, por años ambos buscaron un heredero pero mi mamá le era difícil concebir. Tuvo muchas pérdidas pero al final nací yo. A lo largo de esos años que mis padres no podían tener hijos, muchos quisieron voluntariamente ofrecerse como cabezas de la familia—sus últimas palabras sonaron amargas—Al nacer fui un obstáculo para esas generosas personas—fue sarcástico con sus palabras—Por mi seguridad me ocultaron de todos en mi propia familia hasta que tuviera la edad suficiente como para heredar lo que legalmente me pertenecía—dijo suspirando.
