Capítulo 38 A
Para la noche decidimos irnos a bailar. Debo decir que verla con aquella ropa, maquillaje y esa peluca pensé que era otra chica, estaba sorprendido. Sabía que con un poco de color en tu rostro este podía adquirir algo de diferencia a tu estado natural, pero esto era algo completamente diferente.
Al llegar al bar, tomé su mano entre la mía y al momento de poner un pie en el lugar no dudé en presentarla a todo el que me topara como mi novia. Muchos me veían asombrados, ese no era mi comportamiento habitual. Siempre que llevaba alguna mujer, sea que tenga una relación amorosa con ella o sea simplemente mi amante de turno, no era presentaba con ninguno de mis conocidos. Era lo mejor para todos.
La noche transcurría y Ely y sus pecaminosas caderas me tenía vuelto loco. Sólo deseaba acorralarla contra la pared y besarla como ansiaba hacerlo desde que empezó a moverse lentamente contra mí. Cuando iba a cometer mi pequeño acto, los inseparables flashes se hicieron presentes. Momentos como estos odiaba ser quien era.
El panda se percató de mi incomodidad y me pasó una botella que ni siquiera me fijé en su contenido y me la empiné. Necesitaba alcohol en mis venas. Esperaba escuchar algún reclamo por parte de ella por los flashes pero no hubo ninguno y debo admitir que eso me llenó de paz.
Le ofrecí de mi botella, pensé que me iba a rechazar como todas las mujeres con las que he frecuentado pero me sorprendí un poco al verla aceptar gustosa. Bailar con la chica que te gusta e ingerir alcohol con ella, es una experiencia muy buena. Estuvimos bailando algunos minutos, al rato se fue con los demás y yo me fui a saludar a mis demás conocidos.
— ¿Quién es ella?—me preguntó uno y yo le sonreí con arrogancia.
—Mi novia—él me miró unos segundos y empezó a reírse.
—No entiendo tu risa—le dije molesto.
—Vaya, vaya... por fin alguien puso sus garras en ti—la manera en que lo dijo fue muy despectiva. Sólo lo miré sin decirle nada.
—Ya, ya amigo sólo te estaba molestando—se acercó a mí—Me alegra de que por fin hayas encontrado el amor—simplemente asentí con mi cabeza.
¿Amor? Creía que era muy pronto para decir que era amor, ella me gustaba y mucho pero el amor todavía no se podía afirmar en mi relación.
—Ji Yong—me saludó Chae Rin y yo le sonreí.
— ¿Cómo estás?—preguntó.
—Bien, hola Dara—le dije a nuestra amiga.
—Hola—dijo ella. La notaba incómoda pero ignoré su comportamiento.
— ¿Viniste con los demás?—asentí. Empiné mi botella.
—Bailemos—me dijo de repente Dara y yo asentí.
Empezamos a movernos al ritmo de la música mientras seguía bebiendo. Chae me pasó un cigarrillo y lo encendió. Le agradecí con un movimiento de cabeza. Dara me quitó la botella de mis manos y la vi beber, me regresó la botella pero negué con mi cabeza.
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Movimiento de caderas
RomanceEl sueño de toda su vida era obtener una maestría en el extranjero, en cualquier país. El conocer la cultura asiática en especial la coreana, la dejó fascinada y desde ese instante se convirtió en su meta a seguir. Nunca se imaginó que allá se enco...