El hospital es un lugar desolado, con paredes grandes, lleno de angustia y miedo, un lugar donde la vida y la muerte están en un hilo muy delgado y el tiempo es muy largo, tan lago qué pasa dos horas y parece que llevo una eternidad.
Rezo, rezo muchísimo, aunque sé muy bien que esto de rezar es para personas creyentes, yo no me puedo catalogar como una persona religiosa, sobre todo porque mi mamá nunca me enseñó sobre la religión, nunca fui inculcada a creer en un ser todo poderoso que me dará la fuerza para sobrevivir y salir a delante. Aunque creo que, a partir de ahora, lo necesito más que nada, necesito creer en algo y en alguien para poder salir a delante.
—¿Cómo te sientes? —pregunta Will, se sienta a lado de mi y me rodea con su brazo.
Me siento tensa, estresada, tengo una bola en el hombro que se me hizo por el estrés, siento como me hiciera falta algo, como si los minutos no pasaran a mi alrededor. Veo a las demás personas sentadas a mi alrededor igual de preocupadas por los niños que tienen en este hospital infantil.
—Quiero pensar que bien.
Tienes los ojos hinchados y no has parado de llorar.
—Dante esta en el hospital y no sabemos nada de él.
Will agita la cabeza negando mi respuesta, no lo he visto a los ojos desde que llegué y prácticamente desde que salí de la casa de Nash. Pero Will ya no insiste y se lo agradezco demasiado, agradezco que este aquí a pesar de que su bebe ahorita esta con una niñera, agradezco que no se haya ido y que ha estado al pendiente de mí, agradezco que a pesar de todo lo que ha pasado me transmite mucha seguridad, aunque estoy segura de que él también esta a punto de desmoronarse y caer rendido.
Miro mis manos, miro mis uñas, intento recordar la última vez que estuvieron arregladas y pues solo recuerdo una sola vez. Recuerdo que estaban pintadas del color de mi vestido de novia para que combinara con él.
—Tranquila, mi niña —recuerdo escuchar la voz de Mare, ella se aproxima a mí y me abraza por los hombros—, se lo que se siente, son nervios de novia, pero descuida, es normal, incluso que pienses en si es correcto lo que estás haciendo. Y escúchame, es muy correcto, está muy bien.
Asiento y me autoconvenzo de eso, tiene razón, debe de tenerlo, me voy a casar con el padre de mi hijo. Me repito eso una y otra vez incluso cuando ya es tiempo y Will viene por mi después de que Liam y Mare salen para ya tomar asiento.
Bajo las escaleras, me da mucho miedo pensar en tropezar cuando camine hacia Nash, pero todas mis penas y mis malos pensamientos desaparecen cuando veo a Nash enfrente del altar, con la mirada puesta en mí, la música da inicio y todos a mi alrededor se voltean para verme entrar agarrada del brazo de mi hermano. Se ve tan guapo y lo único que quiero es llegar a él para abrazarlo y sujetarlo fuertemente.
Cuando Will une nuestras manos, por un momento me sujeta la mano más fuerte y la separa de Nash y mi corazón se acelera cuando no me suelta. Nash también lo nota y temo porque haga algo incorrecto.
—Nunca la lastimes, cuídala —le advierte a Nash y suelta mi mano para unirla a la de Nash después de que éste asiente con la cabeza.
—Ten por seguro que eso no pasara —asegura él.
“Ten por seguro que eso no pasara”, me lo repito en la mente una y otra vez, y le busco sentido a esas palabras porque no las entiendo, no entiendo, no encuentro el momento en el que Nash mentía, porque al final de cuentas es lo que hizo, mintió y rompió mi corazón en pedazos. Habrán significado algo para él.
El doctor sale a buscarnos por fin, pero no parece tener buenas noticias por lo que deseo no haber deseado apresurar las cosas.
—Familiares de Dante Cavanaugh.
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Quédate Un Poco Más© (Completo)
RomanceLizzy y Will son el complemento perfecto, ella se apoya en él, al mismo tiempo que él en ella. Ellos dos son padres postizos del pequeño Dante quien sufre de una enfermedad mortal... Will y Lizzy se aman. Will y Lizzy se desean. Will y Lizzy se besa...