Capítulo 33: "Quiero Estar Con Él"

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Querido diario

Siempre veía a mi madre leer, siempre veía cómo se la pasaba todo el rato que tenía libre, que eran como una o media hora al día para ponerse frente a un libro y perderse dentro de él.

Siempre la veía frente a un libro en específico, lo leía con lágrimas en ojos, con pasión, admiración y anhelo, sus ojos siempre brillaban.

—¿Por qué lees eso siempre, mamá? —le pregunté, parada frente a la mesa frente a ella—. ¿Acaso no sabes leerlo que siempre lo repites?

Mi madre se rio, enjugó las lágrimas de las mejillas y cuándo menos lo esperaba ya me encontraba en frente de la mesa en sus piernas con el libro abierto frente a nosotras. Debo de confesar que yo sólo veía letras y ya.

—Mira, Lizzy; en donde tu sólo vez letras y páginas en blanco y negro, yo veo un sueño, una vida, un escape de la realidad.

No entendía, de verdad que no sabía lo que me decía.

—Esta historia es mi favorita: Orgullo y Prejuicio. Me gusta cerrar los ojos y pensar que esto yo lo paso, de este libro saque tu nombre y el de tu hermano. Elizabeth Bennet y FitzWilliam Darcy.

—Mí hermano no se llama así.

—Claro que no, ustedes son: William y Elizabeth Cavanaugh.

Después de eso, al paso del tiempo, la curiosidad fue creciendo y cuando conocí el mundo de la lectura me maravillaba como es que un pedazo de hojas podía llevarme a mundos diferentes, situaciones diferentes, en mentes diferente y todos esos sentimientos que me ocasionaban: tristeza, irá, desesperación, ilusión, amor, etc.

Amaba leer y aún lo sigo haciendo.

Capitulo 33: "Quiero Estar Con Él"

Escucho a alguien tosiendo, sé que no es Frank porque él tiene un forma ronca y grave al toser. Cierro los ojos cuando dejo de escucharlo, no son nada graves, solo tosidos normales. Pero vuelven a empezar, pero ahora se escucha los chillidos y gemidos de Dante. Abro los ojos instantáneamente y me repito que no debo alarmarme para que Dante no se espante.

Salgo de mi cuarto y los pasillos, la casa, está llena de una oscuridad espesa y pesada. Tropiezo con uno de los tantos juguetes con los pies descalzos y maldigo en silencio. Me he pegado el dedo pequeño del pie, intento ignorarlo y sigo mi camino hasta la habitación de Dante donde lo encuentro tosiendo sentado en la cama tapándose la boca.

—Amor, ¿qué pasa?

Dante no contesta, no para de toser, prendo la luz y entonces noto el rojo vivo en sus manos y en cuanto sigue tosiendo veo cómo expulsa sangre de la boca.

—¡Frank! —grito asustada.

Y entonces, Dante cae desmayado.

—¡Frank! ¡Llama a una ambulancia!

* * *

La camilla se lleva a Dante, el despierta, pero no deja de toser cada vez más fuerte, como si quisiera expulsar un órgano o algo parecido. Mira a su alrededor espantado por la gente que ve y en cuanto me lo caliza corriendo tras de él, el pánico se ve en sus ojos.

—Lizzy, no dejes que me lleven, por favor —sus ojos se llenan de lágrimas, quiere levantarse, pero un doctor lo toma y lo obliga a acostarse diciéndole que todo estará bien—. ¡Lizzy, por favor, no me dejes!

—Tranquilo, Dante, todo estará bien, amor —le aseguro y me detengo en cuanto una enfermera me dice que no puedo pasar tras las puertas que dicen, EMERGENCIAS—. Quiero estar con él.

Quédate Un Poco Más© (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora