EXTRA NASH

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Sabia que no era un santo, pero nada de esto estaba bien, para mi o para Lizzy...

...

—¿Qué le parece si ponemos unos cuadros aquí, y lo pintamos de un color verde pastel con algunos adornos color pastel mate en todo esto? —indica Marlene la diseñadora de interior de mi hotel.

Intento imaginarme siempre como se vería, no soy mucho de estos gustos, papá dijo que tenía que probar de todo, que tenía que estar presente siempre en todo lo que haya en los hoteles porque, así como modificaban un hotel modificarán todos los hoteles alrededor del país y del mundo y quiere estar seguro de que todo esté bien.

Lizzy tiene buenos gustos, me habría gustado que viniera, pero esta muy ocupada cuidando a Dante y a Nathan porque Will también tiene que trabajar en el hospital. Le había dicho que no se preocupara por eso ya que Anna iba a cuidar de ellos como si fueran sus hijos, pero ella esta enamorada de los niños y quiere estar siempre con ellos.

—¿Y si le ponemos algunas flores reales de sombra en la pared? —opino.

A Lizzy le encantan las flores.

No quedaría —dice Marlene—, en ese caso pondríamos más luces... adornos de luces.

Agito la cabeza, confundido, esta no es la primera idea que doy que ella rechaza, entonces termino rindiéndome:

—Mira, toma fotos y mejóralas en el Photoshop o no se que utilices poniendo todas tus ideas y me lo mandas.

Marlene me mira y mira su celular y asiente antes de retirarse.

Camino de regreso a la oficina escuchando los tacones de una mujer acercarse, al dar la vuelta al final del pasillo, tropiezo con una chica y casi la tiro al suelo, me disculpo mientras que una sonrisa se sale de mis labios y rápidamente es borrada al ver el rostro de la chica.

Ella me mira, a pesar de tener otro corte, la reconozco de inmediato, esos ojos verdes y esos delgados labios pintados de rojo vivo, esa sonrisa, esa cara alargada...

—¿Spencer?

Ella sonríe de inmediato.

—¡Nash! Hola.

Se acerca, lo piensa un momento, pero al final me abraza.

Me siento aturdido, cuando la tengo entre mis brazos, un montón de pensamientos se arremolinan en mi cabeza, un montón de pensamientos y sentimientos confuso. Recuerdos entre sus brazos y los hermosos momentos en los que estábamos juntos ya son verdaderamente extraños.

Mi yo del pasado nunca lo creería.

—¿Qué haces aquí? —se me escapa decir.

Ella no lo toma a mal.

Estoy dando una vuelta —contesta cuando me suelta.

La miro, sigue siendo igual de hermosa que siempre, el mismo rico perfume que recordaba lo sigue teniendo.

Me siento incomodo, no tengo la menor idea del porqué, pero deseo que este sentimiento no se apodere de mí.

—Vaya —se me escapa con un jadeo, como si se me hubiera ido la respiración, Spencer es tan amable de no tomarlo en cuenta—, no has cambiado nada.

Ella sonríe complacida y apenada al mismo tiempo, se muerde el labio inferior y un recuerdo empieza a apoderarse de mí. No ha dejado de hacer eso, siempre ha tenido la costumbre de morderse el labio cuando esta nerviosa o apenada. Creo que los dos estamos de la misma manera.

Un silencio se empieza a apoderarse del lugar, ninguno de los dos sabe que decir o que hacer, es muy incómodo, jamás me había sentido así en mi vida.

Quédate Un Poco Más© (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora