Capítulo 45: "Tiempo Limitado"

1K 123 39
                                    

—Fue como si los segundos pasarán muy lentos —susurra, con la mirada sumergida en lo más profundo de sus recuerdos—, estaba discutiendo con Taylor, no recuerdo con exactitud qué, pero una parte de mi sabe que no era muy bueno, aún recuerdo que me gritaba. Pero no me gritaba tan ferozmente como cuando está verdaderamente enojada, creo más bien, que estábamos jugando.

"De hecho, quería arreglar todo con un beso, la iba a jalar para besarla, pero... —suspira, inhala aire y sigue—, todavía tengo la ausencia del dolor en el cuerpo.

Yo no sé qué decir, gracias a Dios, y apesar de que parece que todo me pasa a mi, jamás me ha pasado un accidente de auto, ni siquiera cuando Nash me enseñó a conducir y empecé a salir sola rodeada de conductores cafres, supongo que yo también ahora soy una de ellos.

—Hable con papá —aviso, corrompiendo el silencio que nos envolvía como una manta gruesa.

El silencio se vuelve un eco envolvente entre los dos y lo único que Will hace es mecerse un poco más fuerte en el columpio, resoplar cual caballo.

—¿Todavía le dices así a ese idiota?

Trago saliva mientras vuelvo a verlo. Los ojos clavados en el cielo.

—Yo no me refería a él.

Will detiene el movimiento de sus piernas para impulsarse y me mira curioso.

—¿Te contactó?

—Nunca me dijiste que te habías comunicado con él —quería que sonara como reclamo, pero mi voz con él no sale así, al contrario.

—Te lo iba a decir después de la cena, antes del accidente.

Pongo los ojos en blanco.

—Tenias muchas llamadas.

—¿Cómo demonios es que sobrevivió ese celular? —pregunta alzando las manos en el aire—. Los celulares de antes eran enormes rocas, esas si, en lugar de que les sucedan un accidente, ellas ocasionaban el accidente.

—Will, hablo en serio —golpeo su brazo con un puñetazo.

—¡Yo también habló en serio! —soba su brazo y se ríe—. Imagínate uno de esos celulares en medio de las carreteras todos ya... No tendrías la suerte de estar hablado conmigo.

Arqueo una ceja.

—Comienzo a desear que hubiera un celular ladrillo en medio de la avenida.

—No, no lo deseas.

—¿Cómo lo sabes? —me cruzo de brazos.

—¡Porque me amas!

—¡Ah caray! ¡Ahora resulta! Pues no, no es así —me revelo, y suelto una carcajada porque no puedo resistirme a sus encantos.

Miro al interior del jardín, centímetros y metros llenos de pastos, flores y arbustos con formas muy hermosas en ellas. Respiro un poco de aire y cierro los ojos al alzar la cara. Sin ruido, sin nada.

—¡Lizzy, Will! —la voz consentida de Dante me llama de inmediato la atención.

—Lizzy, Will —de inmediato le sigue la voz de Amelia, quien corresponda detrás de él.

Esos niños son el complemento perfecto, me recuerdan a Will y a mí cuando éramos pequeños, yo siguiéndolo a cualquier lugar que él quisiera ir. Muy de vez en cuando yo decía todo lo que íbamos a hacer (con voluntad propia) el siempre me preguntaba a dónde y que quería hacer.

—¡Vamos a jugar a atrapadas! —pide entre gritos Dante, cuando llegan a nosotros, los dos saltan a la par como robots sincronizados, con carne, más entusiasmo y flexibilidad.

Quédate Un Poco Más© (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora