Quédate Un Poco Más© (Completo)

Capítulo 36: "Estás Celosa"

Antes que nada, perdón porque tengan que leer las faltas de ortografía, subiré mañana el capítulo ya revisado de nuevo. De todos modos yo les voy a subir este ahora para no retrasarme.

Cierro la puerta de entrada de la casa, el día es un poco nublado para estas fechas y la luz del sol no ayuda si quiera para calentarme. Me he puesto una bufanda sobre el cuello y una gorra en la cabeza antes de salir. A Dante lo he abrigado aun más de lo que yo estoy, un gorro, guantes, chamarra doblemente calentita de lo que es la mía, botas, etc., parece una bolita caminante y por más que se queje de lo caliente que se siente, yo lo ignoro porque no quiero que se resfríe como la vez anterior que terminó en el hospital.

El cabello apenas le está creciendo, pero aún no es suficiente para que le cubra del frio amenazante y aterrador que hay el día de hoy.

Es el primer día de clases y la nieve no ayuda en nada con la bienvenida, pero no es lo suficientemente fuerte como para cancelar los días escolares, por lo que, como siempre, encamino a Dante a la primaria que no está demasiado retirada de mi colegio. Los adoquines están cubiertos de una capa bastante gruesa de nieve que se disperse en cuanto la pisamos, ahí, incluso se nota las muchas pisadas de diversos pies que también decidieron aparecer.

Esta vez nos dieron muy pocas semanas de vacaciones, tres para ser exactos, y antes de que empezaran las vacaciones, fue que Mare decidió casarse con Liam y ahora están de luna de miel. Ahora ya han pasado por lo menos un mes desde la última vez que la vi y siento como si hubiera pasado mucho más tiempo.

Me he gastado la mayoría del dinero que tengo ahorrado o del que gano para ir a un café internet y mantenerme comunicada con ella por medio de chat de Facebook, antes, solo tenía que pedirle el teléfono a Will para que me ayudara a comunicarme con ella, pero después de nuestra discusión, prefiero sufrir con todo antes de ir a pedírselo. Pedírselo a Nash sería más complicado, aparte de que me da pena hacerlo ya que todo el tiempo se la pasa teniendo mensajes y llamadas por el negocio de sus padres que él ahora se hace cargo para aprender. No lo culpo, son negocios familiares.

Negocios que probablemente yo nunca entenderé. Frank no es mi familiar cercano, digamos que es político por parte de mamá y de Dante. Yo nunca conocí a mi papá, Clarissa siempre decía que era huérfana y que su familia murió hace muchos años, pero con la explicación de Frank, me despertó la curiosidad de saber quién fue mi padre en realidad, todavía vive o murió.

Dante llama de pronto mi atención jalando los tirantes de mi mochila despertándome de mis pensamientos.

—¿Puedo ir contigo a trabajar? —se acomoda la mochila disimulando restarle importancia para que yo no sospeche sus ansias a que le diga que sí.

—¿No será que quieres ir a ver a Amelia? —pregunto disimuladamente para que no se dé cuenta de la importancia que le doy.

Él me toma de la mano cuando llegamos a la avenida y esperamos a que la luz del semáforo se ponga verde para darnos acceso a pasar.

—¿Quién? —exclama exageradamente—. Yo solo quiero ir por la Xbox que tienen ahí, ¡eso es una maravilla!

—Humm Hummm —asiento incrédula. No creo absolutamente nada.

Dante llevaba meses jugando con la niña Campbell, de uno hermosos ojos azules y brillosos como el cielo estrellado, mejillas sonrojadas y manchadas por las pecas cafés, cabellos rubios y lacios que siempre traía recogidos en una coleta con un listón azul. La niña es completamente hermosa, igual que sus hermanos. Nash no solo tenía una hermana pequeña, también tenía un hermano mayor que juega profesionalmente futbol americano y se había ido a vivir lejos cuando solo tenía dieciocho años de edad. Aubrey y Nash se llevan por solo siete años, por lo que no eran tan unidos cuando eran pequeños.