*REVISADO*
Hoy empieza lo que probablemente se vuelva una costumbre para mí.
Hoy perdí otro día de escuela, hoy es el primer día que vamos a internar a Dante. Está mañana, después de haber discutido con Will de que no me iba a convencer de quedarme en casa y que tampoco quería seguir discutiendo con él —en primera porque seguía enojada de lo que había pasado ayer con Nash y sobre todo lo de Taylor— me encaminé a la habitación de Dante y antes de que abriera escuché la voz de Taylor dentro.
—¿Tienes miedo? —le preguntó a mi hermanito.
—No me gusta los hospitales, ni las agujas.
Una risa femenina, cálida, maternal se escuchó a continuación.
Sabía que Dante buscaba la figura materna, pero me habría gustado que esa figura materna no la encontrará en Taylor.
—¿Te digo un secreto?
Abrí la puerta a tiempo para ver la sonrisa y cara sorprendida de Dante asintiéndole.
—A mí también me dan miedo las agujas —con el dedo índice, le dio un pequeño toque en la nariz a mi hermanito, una combinación entre acaricia y toque—, pero, aunque me de miedo, espanto ese miedo sonriendo, fingiendo que nada va a pasar.
—¿Y si se te quita el miedo?
Taylor lo pensó un momento.
—Mmm no, pero por lo menos todos creerán que eres el chico más valiente y fuerte del mundo.
A Dante se le iluminaron los ojos como dos grandes estrellas sobre un cielo café.
—¡¿Cómo los bomberos?!
—C-claro, como los bomberos. Lo cierto es que creí que dirías Superman o Batman u otro super héroe.
—Yo quisiera ser bombero de grande —confesó él y me sorprendí porque yo tampoco sabía eso.
En el camino, la maleta donde viene la ropa de Dante, se me viene cayendo, y cuando Will se da cuenta, se acerca para ayudarme, cuando siento su mano sobre la mía, la retiro de inmediato dejando que la maleta caiga al suelo, provocando un estruendo que hace que toda la gente voltee y que Dante salte de un pequeño susto.
Me apresuro a levantarlo, antes de dejar que él lo recoja, lo tomo más rápido.
—Gracias, yo puedo sola —le recuerdo utilizando sin querer un tono amenazante en mi voz.
La sala está llena, siempre que venimos está llena de niños, eso hace que el estómago se me revuelva y quiera salir corriendo de este lugar. Los minutos se hacen eternos y por más que quiera, no puedo dejar de llenar mi cabeza de cosas negativas y de masacres. Sé que debo de estar segura de que Dante está bien, debo de hacerle creer que nada malo va a pasar, que todo a nuestro alrededor solo es un pequeño juego que terminará. Creo que soy yo la que está más asustada que él. No paro de morderme las uñas de lo nerviosa que me he puesto.
Dante se quedará unos días en este hospital.
A nuestro alrededor todos los niños, a pesar de que están enfermos, enfrentan eso jugando y gritando, Dante se abraza a si mismo mirando al frente con la mirada perdida en la nada. Está preocupado.
Me abrazo mentalmente a mí misma buscando el consuelo, Will está en el módulo de archivos para arreglar unos papeles y me siento más sola que nada. Siento como si tuviera toda la responsabilidad encima de mí.
—¿Lizzy? —se me encoge el corazón cuando detecto su mano sobre la mía y cuando su voz tierna alcanza mis oídos—. ¿Voy a morir?
Me quedo perpleja por un momento, débil, sin nada que decir; quizás no sea la más indicada para decir esto o explicarlo si quiera, quizás tampoco sea la más indicada para ser fuerte y no caer a llorar como suelo hacerlo.
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Quédate Un Poco Más© (Completo)
RomanceLizzy y Will son el complemento perfecto, ella se apoya en él, al mismo tiempo que él en ella. Ellos dos son padres postizos del pequeño Dante quien sufre de una enfermedad mortal... Will y Lizzy se aman. Will y Lizzy se desean. Will y Lizzy se besa...