Quédate Un Poco Más© (Completo)

Capítulo 20

*REVISADO*

Querido Diario:

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CAPÍTULO 20

Ha pasado una semana desde que vimos que los resultados son positivos. Desde ese día, he faltado por lo menos tres días a la escuela y estoy completamente segura de que voy a reprobar. También estoy segura de que si supieran por lo que estoy pasando quizás lo comprendieran y lo dejarían pasar, sin embargo, recuerdo alguna vez haber leído un libro que Mare me regaló por mi cumpleaños "adelantado" Se llama "Un Monstruo Viene A Verme", lo tengo y recuerdo todo lo que decía, es un libro pequeño, pero demasiado significativo. Trata sobre un niño de 13 años que tiene una madre con cáncer y él tiene que cuidar de ella. Me encantó ese libro porque me hizo pensar que todos en el fondo tenemos o queremos tener un monstruo que nos ayude.

Ojalá tuviera un monstruo que me ayudara que es lo más feo de esto.

—¿Lizzy? —me habla Nash, su voz se escucha como un eco lejano en mi cabeza, pero es un eco que de alguna manera sé qué debo escuchar—. Oye, amor.

Y esa palabra me hace despertar. Volteo a la izquierda y veo el rostro de Nash en la oscuridad, ha girado levemente su cuerpo para tener más visión de mí. Sin embargo, eso no es lo que me llama la atención, ni el hecho de que aún siga en su coche o que la luz del poste de la calle entre por el parabrisas y aun así casi no veo nada.

—¿Mi amor? —pregunto atónita y un poco aturdida.

El rostro de Nash se pone un poco rojo, casi no se nota si no lo viera fijamente. Para ser sincera no recuerdo cuánto tiempo hemos estado juntos como novios, pero sé que es muy poco como para empezar a decirnos "mi amor".

—Perdona si te incómoda eso —dice educado y apenado a la vez—, pero se me salió de la nada y estabas tan distraída que pensé que no te habías dado cuenta.

Agito la cabeza, ahora yo me siento apenada por haber dicho eso. De seguro, sin querer, soné a la defensiva.

—No —continuo—, no me molesta, es solo que me ha tomado de sorpresa.

—Quisiera saber qué es lo que te tiene así —pone la mano sobre mi pierna y la acaricia suavemente—, claro, si tienes la confianza en mí para decírmelo.

Lo dudo por un momento. Desde que supimos los resultados, la única que está al tanto de esto es Mare, pero jamás se lo dije a Nash porque no quiero que sienta compasión por mí. No necesito la lástima de nadie, eso no me ayuda, solo hace que el estrés se apodere de mi mucho más rápido lo que la tristeza.

—No quisiera hablar de eso —confieso agachando la cabeza en reflejo.

Cierra el puño sobre mi pierna en un gesto de decepción.

—De acuerdo, Lizzy —se rinde—, pero espero que algún día me gane tu confianza para que me lo digas. —Se acerca unos centímetros a mí y toma mi rostro para hacerme voltear a él—. Solo recuerda que siempre estaré para ti.

Me muerdo el labio y asiento con la cabeza antes de que Nash junte nuestros labios en un beso. Su mano aún sigue en mi pierna y sus labios se mueven insistente sobre los míos esperando a que yo siga el mismo camino que él. Estoy a punto de hacerlo cuando, de repente, la puerta de mi lado del coche se abre, asustándome, logrando que me alejé lo más pronto posible de Nash. Volteo sorprendida, el rostro de Will está a mi lado. Está enojado, se nota por las venas que se le resaltan en el rostro.

—Lizzy, ya estuviste mucho tiempo ahí —su voz es fría y autoritaria.

—¿Qué? —alcanzo a articular.