Capítulo 35

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La semana estaba acabando.

Pobre de Marco que había estado toda la semana, haciendo tareas y trabajos de él y Hanna.

¿Pero era parte del trato no?
Maldito trato pensaba en su interior, aún no averiguaba nada de lo que escondía Marina, lo que significaba que debían permanecer más tiempo ahí, y eso lleva a que debía estar mas tiempo sometido a Hanna.

Sonrió al recordar como a veces Hanna tenía momentos de debilidad como el de la noche anterior.
Aquella fortaleza de hierro que resguardaba su cuerpo podía ser demolida, y él deseaba ser la persona que lo lograra.

-No te he visto en casi toda la semana-su amigo lo sorprendió, mientras estaba sentado sobre el cesped del campus-estas desaparecido -se sentó junto a él
-tú estas desaparecido -lo miró- andas de clase en clase con Débora -hizo voz de chica chillona- ya ni me llamas, ni me buscas me siento -no terminó la frase y lanzó un sollozo patetico que causó que ambos estallaran en carcajadas -hablando en serio, tú estas desaparecido, parece que de verdad te trae loco la peliroja -rió e Isco sonrió.
-es cierto -miró hacia al frente suspirando- me he acercado más a Deb y ya no peleamos por uñas -ambos rieron suavemente- es una chica genial, puede ser pesada y desagradable, pero tiene su lado tierno y bueno, realmente me tiene loco, es algo que nunca había sentido
-¿y las otras chicas? -preguntó de repente
-¿que otras chicas? -su amigo frunció el ceño, ante la pregunta
-las demás -respondió, y su amigo lo miró con expresión confusa- todas, a ver como te explico- guardó silencio un momento- cuando tienes novia, nunca estás en serio, es como si siempre estuvieras soltero, ya ves a Marie -el rubio lo interrumpió
-Marie me salió loca
-no importa como sean, Isco -suspiró- no digo que te vayas a poner de novio con Deb, porque serían lesbianas y sería raro, pero ¿estas seguro de que te gusta enserio Deb? -no permitió que respondiera y siguió hablando- te conozco demasiado y cualquier cosa que tenga un culo redondo y piernas te atrae al punto de acostarte con esas cosas -rió un poco- quizás estés un poco confundido, por donde pasas mas tiempo con una chica, te encariñas al punto de creer que te gusta en serio, pero en realidad cuando salgas de aquí, todo volverá a ser como antes, cada semana una chica distinta, Isco -suspiró-¿me entiendes?
-realmente me gusta Deb -dejó pasar la última pregunta del castaño- si, suelo ser encantador con las chicas, pero es un don natural y -Marco lo miró serio- ya bueno hablando en serio, me gusta mucho Débora, es distinta a las demás, me trata distinto -suspiró
-te trata distinto, porque para ella eres chica -aquello era cierto- habrá que ver como trata a Isco -la última frase causó un extraño escalofrío en el cuerpo del castaño
-eso es cierto -dijo simple- pero por ahora puedo decirte, que esa chica me gusta en serio
-bueno, tendré que creerte -suspiró nuevamente y miró como alrededor de ellos, un montón de chicas hacían sus rutinas diarias. Tan tranquilas, tan pasivas y amables todas, completamente distintas a los hombres
-¿que haz averiguado de Marina?-preguntó de repente su amigo
-ni te imaginas cuantas cosas -murmuró mirándolo
Mas de media hora, contándole todo lo que había averiguado. Contándole todo lo distinta que era Marina Muntaner dentro del instituto y todo lo cínica que había podido llegar a ser. Varios 'te lo dije', salieron de la boca del castaño, e incluso Marco hizo una gran reflexión en lo tonto que había podido llegar a ser.
Y a pesar de toda las mentiras, y a pesar de que ella quería terminar con él, a pesar de que estaba algo confundido, y a pesar de que tenía miedo de lo que le hacía sentir Hanna, Marco podía albergar aún en su mente y cuerpo un sentimiento de cariño hacia Marina y eso era lo que mas lo enfurecía y lo hacía querer odiarse a si mismo.
Y es como la droga....sabes que es mala y te hace daño, pero sigues consumiendola, sigues siendo un adicto.
Quizá aquello cambiaría en tan solo unos días.
Con un presentimiento extraño, invitó a Isco a caminar un momento. Las clases en la cancha comenzarían en algunas horas, y así habría terminado otra semana en aquel instituto.

Enamórate || Marco Asensio ~ AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora