Capítulo 40

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La pasiva respiración lo hizo despertarse, ni si quiera el sol caliente, ni la arena incómoda, ni el sonido proveniente de las olas.

La suave respiración de la chica que tenía sobre él lo hizo sobresaltar levemente y abrir los ojos muy lento...

¡Tenía un dolor de cabeza terrible!

Miró a su alrededor desconcertado, ¿que hacía en la playa? y peor aún ¿Qué hacía con Hanna abrazados en la playa?

¡Dios!, cerró sus ojos de repente.

Sintió como si le hubieran pegado en la cabeza con una botella, y volvió a recostarse en aquella arena sin soltar a la morena.

Evitando la incomodidad de sentir arena en partes donde no debería ir, trató de recordar qué había sucedido la noche anterior. Recapitulando todo, había ido a la dichosa fiesta con Hanna, se habían separado, había tomado un vodka, había bailando con aquella chica rubia y pues de ahí nada más.

Todo negro.

Quizás cuando Hanna despertara ella recordaría como habían llegado a la dichosa playa.

Abrió los ojos nuevamente y el sol le molestó. Bajó la mirada hacia Hanna con todo el pelo revuelto y acomodada sobre su pecho, se veía preciosa. La apretó contra sí y se dio cuenta que seguían con sus ropas, por lo que nada indecoroso pudo haber ocurrido la noche anterior.

Acarició su cintura y bajó su mano hasta el valle de su trasero.

Recordó lo guapa que se veía con aquella falda, y recordó las ganas que había tenido de tocarla, bajó más su mano acariciando su trasero suavemente -hacía el intento claramente-

-No te atrevas a seguir tocándome, porque no soy responsable de mis actos -oyó la voz de la morena y dio un respingo del susto- Estoy hablando en serio, Marco -entonces su mano paró y algo avergonzado la quitó de su trasero.

¿Qué había pensado?, ¿Por qué la estaba tocando de esa manera?

Perdón, de verdad lo siento, yo no.. -realmente no tenía ni la menor idea de qué decir, sólo que debía disculparse. Últimamente al lado de la morena no pensaba mucho, cometía acciones que nunca antes había pensado hacer, pero ahora, ¿qué le sucedía?

¿Andar tocando traseros descaradamente en una playa?

¡Diablos!

Se sentó rápidamente aún avergonzado, obviamente teniendo cuidado con Hanna que aún se encontraba sobre él.

-Ya, no tiene mucha importancia -logró murmurar ella al ver la expresión de Marco- ¿Dónde mierda estamos? -preguntó sobándose la cabeza. ¡Le dolía joder!

-Creo que es un centro de belleza -se acomodó a un lado del castaño y lo fulminó con la mirada mientras él miraba el mar- O bueno, de hecho, creo que estamos en la montaña -rió sarcásticamente, ¿cuándo había desaparecido la vergüenza de su rostro?

-Cállate -murmuró molesta- O te daré un buen golpe, eh -se miraron unos segundos y Marco desvió la vista hacia el mar negando levemente.

-Claro nena -rió- ¡Pero qué pregunta mas tonta eh! obvio que estamos en la playa.

-Lo sé, sólo quería saber que hacíamos aquí -miró hacia ambos lados. Una pareja paseaba a su perro mientras trotaban juntos, y unos surfistas estaban agarrando unas olas unos cuantos metros más allá, y contándolos a ellos, no había nadie más en la playa.

-Pues entonces la pregunta que hiciste no era la correcta -se encogió de hombros.

-Bueno, ya -murmuró, sintiendo una fuerte presión en su cabeza- Se me parte la cabeza ¿a ti no?

Enamórate || Marco Asensio ~ AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora