Capítulo 58

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Miró el punto brillante en el suelo y creyó que se quedaría ciego, la luna a esa hora hacía su máxima presencia e iluminaba toda la ciudad. La observó fijamente durante unos segundos y deseó que esta le hablara y le diera algún consejo.

Suspiró y se sentó sobre el parabrisas de su auto, abrió su sopa instantánea y empezó a comer, aunque no tenía mucho apetito, sólo quería distraer sus manos para que su mente y las confusiones de su cabeza no lo atormentaran más.

-Mierda -susurró en cuanto sintió el ardor en su lengua. Se había quemado y tuvo que beber un poco de bebida. Miró hacia el frente y vio a algunas jóvenes parejas caminando por la playa a esa hora de la noche.

-¿Quién soy? -sintió que le taparon los ojos y sonrió al escuchar su voz.

-Eres una chica linda -puso sus manos sobre las de ella.

-Te has ganado un premio -Marina apareció frente a él y le sonrió como le encantaba- ¿Caminamos por la playa?

-Si tu quieres -se encogió de hombros- Pensé que no vendrías.

-Eres tú Marco, obvio vendría -entrelazaron sus manos sin darse cuenta y él se emocionó. ¡Le encantaba esa chica! hoy sería un gran día. Comenzaron a caminar por la playa, el cielo comenzaba a atardecer y aunque sonara muy cursi, la puesta de sol era un buen momento para pedirle que sea su novia.

-Debo decirte algo -sólo un poco de nervios aparecieron en su interior, pero nada que pudiera controlar ¿cierto?

-Dime -pararon su caminar, Marco se paró frente a ella, tomó sus finas manos lentamente y en un gesto tierno las besó.

-Yo.. -suspiró- ¿Eres genial sabes? -ella rió levemente- Eres linda, maravillosa, me haces reír.. Me gustas -dijo finalmente, esperando que ella dijera algo.

-Oh.. -ella bajó la cabeza ¿avergonzada?- Eres tierno Marco, pero yo... Digo tú, tú también me gustas -él ni si quiera había notado la duda en su voz, solamente las palabras 'me gustas' habían bastado para que su corazón latiera fuertemente.

-Eres una copiona, eh -sonrió- Marina Muntaner -suspiró- Me he dado cuenta que me encanta estar contigo, y que no quiero alejarme de ti ni un segundo, y la única manera de tenerte junto a mí y que yo esté seguro que serás mía es que tu aceptes ser mi chica, sonará muy egoísta, pero sólo te quiero para mi -miró sus ojos profundamente y con la mayor sinceridad preguntó- ¿Quieres ser mi novia?

-Patético -susurró él y tiró el bote de su sopa lejos- Mil veces patético.

Había caído tan bajo, sinceramente. Ahora que analizaba su situación más calmado -en lo que podía- se daba cuenta de lo tonto que había sido. Hasta el más idiota de los idiotas se hubiera dado cuenta de las actitudes extrañas de su... De Marina. Sus dudas, cuando ella no quería verlo, la conversación que había escuchado en el instituto, el chico extraño. ¡Todo!

Pero él había estado obsesionado y es ahora cuando las palabras de Isco aparecían en su mente.

-Tú estás obsesionado Marco.

-No Isco, estoy enamorado.

¿Qué amor?

¿Qué era eso?

¿Qué era estar enamorado?

La única respuesta que obtenía, era que estar enamorado era un estado en donde la persona se enceguecía y cometía las tonterías más grandes al punto de llegar a ser patético.

Si eso no era estar enamorado, entonces no sabía la respuesta exacta.

La inseguridad y la obsesión de Marco lo había llevado a cometer una locura muy grande, creía estar enamorado, pero más bien era una obsesión la que tenía por su Marina, para él, ella era hermosa, sorprendente, tranquila, carismática... La perfección.

Enamórate || Marco Asensio ~ AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora