Capítulo 50

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Acabó su tercera cerveza y se dirigió hacia donde todos estaban bailando, había mucha gente y se lo estaba pasando genial. Aspiró la brisa del mar combinado con el olor a cigarro y comenzó a bailar al ritmo de la música electrónica.

Unas manos la tomaron por la cintura y ella sonrió al ver a un chico muy guapo tras ella. Se dio media vuelta y le sonrió mientras lo tomaba del cuello para bailar mejor.

El chico la tomó firmemente por la cintura y comenzó a acariciarla sobre su corta polera negra. Lo miró a los ojos, y se quedó embobada mirando los ojos café del chico.

La música cambio y ellos siguieron bailando. Sintió la caricia proveniente de una mano sobre su trasero y luego la otra.

-Travieso -susurró de nuevo sonriendo y él la apretó más contra su cuerpo. El rostro de él comenzó a acercarse y ella supo lo que seguía.

Comenzó a besarlo rápidamente, hasta que sucedió.

A su mente nuevamente llegó Marco. El castaño le sonreía y luego la abrazaba por la cintura, le decía que era hermosa y luego la besaba de nuevo.

Se separó de golpe y abrió los ojos topándose con ¿Marco?

-No puede ser -susurró para si misma y sacudió su cabeza lentamente. Volvió a mirar al frente, y el chico con el que bailaba recién la miraba extraño- ¡Lo siento! -exclamó y se escabulló rápidamente de ahí.

Comenzó a correr confundida y se alejó del gentío. La música casi ni se oía y trató de calmar su respiración.

Había ido ahí a olvidarse de Marco, pero.. ¡No le había resultado!

-Mierda -susurró y se sentó en la arena cerca de la calle. Pocos autos transitaban por la carretera como para tomar un taxi. Debía esperar a Phill pero por ahora no quería volver a la fiesta.

Le dolían los malditos pies y tuvo el deseo de arrancarse los zapatos, pero se resistió. Llevaba aproximadamente media hora caminando y estaba cansado. Muy a lo lejos, divisó luces y mucha gente, por lo que supuso que una fiesta se estaría celebrando al aire libre, quizás ahí alguien le dijera donde conseguir un taxi. Comenzó a caminar más lento para apaciguar la molestia en los pies y se fijó en el mar que apenas se veía en la noche.

Una figura de mujer se le hizo conocida a medida que avanzaba. Una chica estaba sentada en la arena, muy cerca de la calle por donde él transitaba. Tal vez ella pudiera ayudarle.

Se acercó mucho más y le habló.

-Señorita, podría decirme donde puedo.. -la chica se dio vuelta y el aguantó la respiración unos segundos- Tomar un taxi -dijo finalmente.

-Marco -susurró Hanna.

Quizá el deseo si se le cumpliera.

Enamórate || Marco Asensio ~ AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora