Se bajó del taxi, se puso sus lentes y se acomodó la chaqueta. ¡Se sentía horrible con el traje!
En realidad el traje de pingüino -cómo solía decirle él- era lindo y tenía estilo, pero se sentía aprisionado y atrapado. Nunca le habían gustado esos trajes. Con suerte en su graduación había utilizado uno y a medias porque se había negado a usar esos zapatos que su profesora le había insistido que le quedarían geniales, sorprendiendo así a todos en la ceremonia, cuando fue a recibir su diploma con sus converse favoritas.
Estoy afuera.
Marco.
Envió el mensaje y segundos después la puerta se abría y una figura conocida se hacía presente.
Llevaba un vestido corto, de gasa de un color rosa muy pálido y contrastaba con su piel blanca, se veía... Linda.
-Hola amor -lo abrazó ella- Estás muy guapo -rió y el no pudo evitar sonreír un poco.
-Hola Marina -habló él también- Estás muy linda también.
-Gracias -ella le sonrió- Ahora entremos, que mis padres están preparando los últimos detalles, la boda se celebrará al aire libre y luego iremos al hotel San Lucas -si que irían lejos.
-¡Hola señor Muntaner! -saludó con el mayor sarcasmo de su vida.
Cruzó sus brazos teniendo cuidado de no quemarse, se apoyó sobre la parte delantera del auto y suspiró estresada. Ni el maldito cigarrillo podía calmarla, y eso le demostraba lo idiota que era al dejar que las emociones la aprisionaran una vez más.
Ella no sentía nada, había creado una capa de hielo, quizás no muy fina ni muy gruesa, pero lo bastantemente fuerte para evitar encariñarse con muchas personas y para evitar que alguien la sobrepasara.
¿Qué era la pena?, ¿Qué era la angustia?, ¿Qué era la tristeza y la felicidad?
Dolores de estómago muy desgarradores.
Esa capa había crecido poco a poco, después de que su padre se hubiera ido y desde ahí se prometió que nunca se encariñaría con alguien, a veces las personas nos decepcionan y ella no quería eso, no quería decepcionarse más, no quería necesitar ni querer a alguien. Por lo que se extrañaba mucho al sentirse mal, por estar enojada con Marco, pero.. ¡Nadie tenía el derecho de gritarle! y mucho menos por ella, por Marina Muntaner. ¡Qué culpa tenía ella de que su novia fuera tal puta!
-Creo que deberíamos llamar a los bomberos, lanzas humo hasta por las orejas -la sobresaltó la voz de Phill, su mejor amigo, el único hombre que sabría que no la haría sufrir, no la molestaría por sus actitudes, aunque si la aconsejaría cuando estuviera mal. Bueno al igual que su gemelo, ellos dos eran su vida y sus únicos amigos, aparte de Deb obviamente.
-Que gracioso -gruñó y aspiró un poco el cigarrillo- ¡Arregla la llanta! -botó el humo y aplastó la colilla que le quedaba- Si estuviera aquí tu hermano esto no pasaría.
-Él es sobrenatural -se agachó a la altura del neumático del auto- Yo soy humano.
-Él es mas guapo -lo molestó- Y mas inteligente -rió graciosa.
-¡Me estés hablando en serio! -la miró- ¡Soy igual que él! soy su gemelo -volvió su vista hacia el frente- Y bueno, puede que no sea un gran genio.
-¡Claro que no! Si fueras un genio ya estariamos en la fiesta y no estancados en medio de la carretera -suspiró y acomodó su cabello- ¿Por qué no vino tu hermano?
-No sé -se encogió de hombros- Salió en la mañana y no volvió, por lo que me dije: Phillip tendrás que llevar a la boba de ojos encantadores que tengo por amiga a la fiesta, y aquí estamos.
-Serás tonto -suspiró y metió las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta- A todo esto, ¿cuándo estará lista mi moto?
-Cuando tenga que estar lista, mujer -Phil se concentró en arreglar la llanta y luego de unos minutos añadió- ¡Listo!
-Ya era hora -entró al auto seguido de él- Ahora, ¡Vámonos!
Phill comenzó a conducir con destino a la fiesta playera que iban.
Hanna miró de reojo a su amigo y sonrió para si misma. Phillip era el menor de los gemelos que tenía por amigos, a veces muy despistado, muy tonto, o muy impulsivo, pero en fin era su hermano. Su amigo que la había apoyado al igual que el otro gemelo cuando estuvo mal. Lo que más le gustaba de aquellos dos chicos, era que no la sermoneaban, no la criticaban, sólo la protegían y la consolaban cuando había que hacerlo.
Unos minutos y kilómetros más, y habían llegado a San Lucas, estacionaron frente a la playa y Hanna volvió a sonreír al ver el ambiente.
Música fuerte, chicos guapos, gente bailando, arena fina, alcohol por todos lados...
Todo estaba perfectamente dado, para que ella corriera a Marco de su mente, aunque sea por esa noche.
-No te pierdas, eh -le dijo Phil antes de bajar.
-Claro que no.
Caminó unos cuantos metros, saludó con la mirada a unos conocidos y miró al cielo. Una única estrella se hacía presente en el cielo, brillaba en su totalidad y Hanna se preguntó si Marco estaría viendo la misma estrella.
Bajó la vista del cielo, sonriendo ante su deseo.
Su padre, una vez le había dicho que si veía una única estrella en el cielo, significaba que se le estaba presentando una nueva oportunidad, y debía pedir un deseo.
Suspiró y se fijó en la fiesta.
Por la tarde se había celebrado la boda en la playa, una ceremonia linda, pero muy aburrida y ya por la noche la fiesta se estaba celebrando en ese hotel. ¡Nunca había estado en un hotel tan lujoso!
Pero era de suponerse, la familia de Marina tenía dinero y podía darse esos lujos. Se sentó cansado en una mesa y probó un bocadillo, lo único bueno de ahí era la comida.
Recordó que había estado soportando las charlas del padre de Marina toda la tarde y casi quiso vomitar, más de alguna vez se le había escapado una carcajada al oír el tan gracioso tono del señor cuando hablaba de su futuro, y más de alguna vez el señor Muntaner lo miró mal, pero a él qué le importaba.
Observó la hora, once de la noche y fijó la vista en su novia, la vio bailar muy alegre, demasiado para su gusto, en medio de la pista y frunció el ceño.
¿Alguien notaría si él extrañamente desapareciera de la fiesta?
Nadie.
Se paró decidido, se escabulló como pudo sonriéndole a todos y salió de aquel hotel.
Miró a ambos lados de la carretera. ¡Maldición, su auto lo tenía Isco!
Cruzó la calle y se encontró con la playa, se sacó la molesta corbata y la chaqueta y comenzó a caminar.
-Cualquier lugar será mejor que este -susurró unos segundos después.
ESTÁS LEYENDO
Enamórate || Marco Asensio ~ Adaptación
Fanfiction¿Crees estar enamorado? ¿Estas seguro Marco? La obsesión de este chico por su novia, lo hace cometer locuras muy grandes. Inseguro de sí mismo, cree que su novia no le corresponde en sentimientos, por lo que comienza a pensar que ésta lo engaña. Lle...