Capítulo 45

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Cuarto día de la semana, y estaba feliz y enojado.

¿Podía tener dos emociones tan distinta a la vez?

Quizás cualquier persona en sus cinco sentidos no podía. Pero él, Marco Asensio, no era normal, claro que no. ¿A qué persona normal se le ocurre infiltrarse en un instituto de chicas?

Claramente sólo a él. Pero todo tiene un fin, un objetivo o una misión. Y el de Marco es desenmascarar a su novia. Creía estar cerca, ya que con Marina mintiéndole a Marco y diciéndole la verdad a Kate podía saber muy bien la razón de sus palabras o de sus actos.

Lo único que no podía saber, era la causa del porque Marina quería terminar con él.

¿Marina lo había querido alguna vez? ¿Lo había amado alguna vez? ¿Le había importado si quiera a ella? ¿Desde cuando lo engañaba? ¿Desde cuándo le dejó de importar? -si alguna vez le importó-

Y la más importante. ¿Cuándo le diría la verdad?

Quizás la última era muy lógica, nunca le diría y él por sus propios medios tendría que descubrirlo, y eso era justamente lo que estaba haciendo ahí en aquel instituto.

Había quedado en almorzar con Marina y sus amigas. Y bueno, debió aceptar.

No había visto en toda la mañana a su morena y eso lo tenía algo triste. Se había sorprendido el día anterior al notar que con tan sólo verla caminar le alegraba el día, que verla sonreír le iluminaba la vida, que su risa solía consolarlo. Y por la noches ella se pasaba a su cama y dormían abrazados toda la noche, dándose caricias y besos tiernos.

Más de alguna vez, Isco o Deb los hacían callar, y ellos reían divertidos. Le gustaba dormir abrazado a ella, le gustaba sentir que ella estaba en sus brazos y que nadie podía quitársela, le gusta sentir sus labios recorriendo su cuello, simplemente le gustaba ella.

Sólo eso, claro...

Había notado un cambio en la actitud de la morena, ya no era tan pesada ni malhumorada, ni ruda. Solía pasar desapercibida en las clases y no había causado ningún gran alboroto, sin contar el del la semana pasada con Marina -pero de ello nadie se había enterado-.

También se sorprendió cuando el día anterior la profesora Graham se había acercado a Kate, y le había hablado de la morena.

-Debo agradecerte linda -le había dicho ella- Desde que hablaste conmigo, he notado un cambio en mi hija -él sonrió satisfecho- Por esta fecha el año pasado ya había sido castigada más de trece veces, pero ahora nada, ningún castigo, ninguna queja, nada -le tomó el hombro- Y eso te lo debo a ti, muchas gracias.

Realmente era notorio el cambio, y se sentía orgulloso de ser parte de ello.

-Kate -lo sorprendió la castaña- Te estábamos buscando, ¿vamos a almorzar? -él asintió y se dirigió con su bandeja hacia una de las mesas que habían escogido.

-Estabas desaparecida Kate -habló Camille- Ya pensábamos que estabas de parte de Hanna y ya no te querías juntar con nosotras -las tres rieron, pero él se quedó mudó- ¿No es así cierto?

-Claro que no -contestó por fin- Es sólo que estaba centrada en mis tareas y trabajos.

-Oh, eso es muy bueno -habló Marina- Lo que es yo, voy muy bien, estoy segura que seré una gran abogada -Marco dejó de comer y miró un punto fijo.

¿Marina quería ser abogada? ¿Desde cuándo?

Entonces se dio cuenta de que nunca habían hablado sobre su futuro, siempre hablaban del presente, ni si quiera el pasado, y eso quería decir que él nunca había sabido que ella quería ser abogada.

Enamórate || Marco Asensio ~ AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora