Capítulo 36

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Toda aquella tarde parecía entretenida en sus actividades, porque casi nadie andaba por los pasillos del instituto.

Marco tenía agarrada por la cintura a Hanna, la tomaba fuerte y la hacía avanzar combinando sus pasos por si quería soltarse e ir nuevamente donde Marina.

Esa chica era peligrosa...

-¡Suéltame Marco! -exclamó ella mientras caminaban por el campus- ¡Diablos! ¡Marco! -volvió a decir al ver que él hacía caso omiso.

-No te soltaré hasta que lleguemos a la habitación -susurró en su oído y en menos de un segundo Hanna dejó de patalear y chillar- Cálmate -volvió a susurrar.

Entonces se preguntó si sus palabras habían causado algún efecto mágico en ella, ya que había cesado de reclamar y ahora caminaban juntos, como si estuvieran abrazados.

Ella por delante con la cabeza cabizbaja y él por detrás rodeando su cintura. La situación habría sido bastante tierna y romántica si no fuera porque Marco llevaba aquella peluca, porque claramente si alguien veía aquella escena, le resultaría bastante extraña.

Tuvo un sentimiento extraño al mirar como sus brazos tenían algunos rasguños, sus manos rojas, su pelo alborotado. Se sentía mal.... Mal por ella.

Igualmente agradeció haber llegado a tiempo a aquel encuentro, si se hubiera tardado más los profesores o inspectores habrían visto la pelea, y Hanna estaría nuevamente en grandes problemas con el instituto y con su madre. Y eso tampoco le convenía a él, ya que supuestamente Kate debía cuidar de ella.

Y justamente eso haría.

Llegaron a la habitación y Hanna entró como un robot, lento con la cabeza cabizbaja, como si estuviera perdida y no estuviera consciente de los movimientos que hacía.

La vio sentarse en una de las camas y ahí se quedó sentada mirando el piso, no supo que hacer y pensó en dejarla un momento a solas, quizás quisiera descargarse de alguna u otra forma. Se dirigió al baño para realizar una vez más la transformación de Kate a Marco, y estuvo un buen rato esperando el tiempo suficiente para salir.

Esperaba encontrarse con la habitación hecha un caos, con algunas cosas tiradas, con una Hanna enfurecida sobre su cama, se esperaba todo, menos lo que vio al cruzar la puerta del baño.

Una Hanna sentada sobre el mismo lugar de antes, aún con la cabeza cabizbaja... Estaba inmóvil.

Con un paso casi decidido se acercó a ella y se arrodilló. Con una mano temblorosa levantó su rostro.

Sus ojos estaban neutros, sus rostro parecía tenso, no tenía ninguna expresión. Observó bien y pudo fijarse de un hilo de sangre que corría bajo su labio inferior, tenía otra herida en su mejilla y la parte superior de la ceja izquierda.

Sintió tanta pena y ternura en aquel momento...

-Traeré el botiquín de emergencias para curarte -la miró un momento y luego se paró para ir al baño donde anteriormente había visto el botiquín.

Todo hubiera salido como lo esperado si Hanna no se hubiera parado de la cama y se hubiera aferrado al cuerpo de Marco en un movimiento rápido.

Marco no supo qué hacer, aquello lo había sorprendido. Hanna Graham aferrada a su pecho, tan débil, tan golpeada y tan indefensa...

Reaccionó unos segundos después y la abrazó con sus fuertes brazos, brindándole todo el apoyo que en ese momento sin pedirlo necesitaba.

Acarició su espalda lentamente mientras ella escondía su dañado rostro en su cuello.

Sintió su cuello y pecho mojado.

Entonces se dio cuenta de que Hanna estaba llorando.

Un sollozo salió de su boca y se quedó hecho piedra.

Nunca le había pasado, siempre sabía que hacer y como reaccionar ante todo, pero esto le había tomado por sorpresa. Nunca ni en sus sueños hubiera imaginado a la morena llorando desconsolada como un cachorrito sin madre.

Entonces se preguntó el por qué de aquellas lágrimas, ella era fuerte, ella era rebelde, ella era una chica ruda, pero aquellas lágrimas dejaban al descubierto a una Hanna que anhelaba conocer.

-Tranquila -sus manos actuaron solas y la apretaron contra sí, sus cuerpos estaban abrazados y unidos, inhaló el dulce olor de su perfume- Llora todo lo que quieras, bota todo -susurró lentamente en su oído, y la siguió abrazando.

Hanna se aferró a él aún más y lloró todo lo que no había llorado en su vida.

Minutos más tarde, Hanna se separó lento y lo miró cautelosamente.

-Gracias -torció un poco los labios para tratar de hacer una sonrisa, pero le dolía tanto la cara que apenas eso podía hacer.

-No te preocupes -en un acto reflejo tomo su rostro entre sus manos- Debo curarte, iré a buscar el botiquín -ella asintió.

Del baño sacó un poco de algodón, alcohol, y una crema cicatrizante.

La encontró recostada sobre su cama, con una expresión totalmente diferente a la de antes. Su pelo seguía alborotado y sus mejillas estaban sonrojadas, tenía las pestañas mojadas muestra de las lágrimas que habían caído. Había visto más de alguna vez a Marina llorar, más de alguna vez triste, más de alguna vez acongojada y nunca sintió lo que en ese momento sintió en el pecho.

Y se preguntó. ¿Qué era lo que sentía?

Nunca había sentido aquello...

Siguiendo sus instintos se sentó frente a ella y le acarició la mejilla lastimada, sonriéndole.

-¿Estás mejor? -ella lo miró y luego respondió.

-Sí -bajó la mirada hasta donde estaba la mano de Marco acariciándola- Gracias, Marco -lo miró.

-De nada -quitó su mano y tomó un poco de algodón- Pero ahora debo desinfectarte esto y echarte esta crema para que se cicatrice esa fea herida que tienes ahí -ella no dijo nada y esperó solamente.

Untó un poco de alcohol sobre la pequeña bola de algodón que tenía sobre la mano y limpió la zona bajo el labio inferior de la morena.

Movió su mano de un lado a otro con cuidado, sabía que le ardía y por esto trataba de que le doliera menos. Observó su boca y sus labios, y quedó hipnotizado.

Sintió una presión en el pecho, se le revolvió el estomago y tuvo el impulso de besarla, ¿qué significaba aquello?

Se acercó aún más a ella, a tal punto de rozar sus labios, respiro agitadamente y siguió su impulso atrapando con sus propios labios el labio inferior de ella, en un gesto sensual y romántico.

Enamórate || Marco Asensio ~ AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora