-Te dignas a llamar eh -oyó la voz grave de su primo mayor- Estuve marcándote, pero nada, pensé que estarías despierto, ¿o estás en plena resaca? -una risa grave se hizo presente en la conversación.
-Algo parecido -miró a la morena, que con un gesto indiferente, comía un trozo de pan- No sentí el celular, lo siento.
-Ya no te preocupes, me dijo mi tía que me andabas buscando, ¿necesitas algo? -era ahora o nunca, debía pedirle ayuda.
-Recordando tus tiempos mozos, ¿aún sabes falsificar cartas y certificados? -se sentó en la cama, y la morena le quedó viendo algo absorta.
-No lo hago hace tiempo, pero bueno si sé hacerlo aún. ¿En qué lío te metiste? -carcajeó.
-Digamos que hice algo, que nunca debí haber hecho -dejó de mirar a la morena y fijó su vista en un punto nulo de la pared de su habitación- Y ahora necesito un certificado de transferencia de estudios, para dos chicas -cuando fuera a verlo, le contaría todo en detalle, pero en cierta parte la mirada de Hanna lo incomodaba un poco- Hacia cualquier ciudad, cualquier lado, y bueno dos cartas de poder, ¿puedes? -rogaba que sí, porque si no, no sabría que haría para salirse del instituto.
-Sí, sí -dijo algo pensativo- ¿Para cuándo lo necesitas?
-Pronto, muy pronto -respondió.
-Está bien, ahora estoy en la tienda, anda más tarde a mi casa y me cuentas bien el lío, me dices los nombres y bueno, dependiendo de que tan pronto lo quieres los hacemos inmediatamente.
-Gracias primo -sonrió el castaño- Eres genial, eh.
-Ya lo sabía -rió- Te veo más tarde bro.
Colgó su celular con una sonrisa en su rostro, pronto olvidaría aquel capítulo tan vergonzoso de su vida, y bueno, no sabía muy bien que haría ahora, pero tenía tiempo y mejor aún, era libre.
-Entonces definitivamente, Kate Benson desaparecerá -oyó la voz de la morena frente a él.
-Sí -dijo con un tanto de seriedad en su voz- Nunca debió haber existido -bajó la vista hacia la alfombra y vio su polera tirada, la recogió y se la puso rápidamente.
-Si tú lo dices -susurró la morena- Marco -el castaño la miró- ¿Qué te sucede?
-¿Debería sucederme algo? -cierto sarcasmo apareció en él.
-Marco -la morena se acercó a través de la cama, no pudo evitar mirar su cuerpo, aquel maldito cuerpo que provocaban un sin fin de pensamientos sobre lo bueno y malo que podría hacerle- Sé que debes estar confundido sobre el tema de Marina, pero debemos hablar, debes saber lo que yo sé, debes saber todo.
-¿Ahora cierto? -preguntó- Ahora que ya no queda nada, ahora que todo salió a la luz, ahora que todo se ha perdido.
-Marco -intentó interrumpirlo, pero él ni si quiera la tomó en cuenta.
-Podrías haberme dicho todo eso a penas me viste sin la peluca de Kate, podrías haberme contado todo, pero no -agitación apareció en su voz- No hiciste nada, es más ¡Me chantajeaste! me usaste como tu sirviente personal.
-¡No! -exclamó fuerte- ¡Yo no debía decírtelo! no era mi responsabilidad, no era la persona correcta -suspiró- ¡Te ayudé! me di cuenta de que eres un buen chico Marco, debías saberlo y por eso te dejé ¡La maldita nota en tu auto! -respiró exasperada.
-¿Te pesó la conciencia? -dijo irónico.
-¡Por supuesto que no! -volvió a exclamar- Sólo, sólo me di cuenta que no merecías estar en el sucio juego de Marina.
-Sucio juego, claro -carcajeó.
-¿Por qué vienes con esto ahora? -se paró de la cama y comenzó a buscar su ropa rápido- ¿Por qué no me lo dijiste anoche, eh? en cambio terminamos haciendo el amor hasta la madrugada -se puso su buzo y luego buscó su polera.
-¿Hacer el amor? -preguntó sarcástico- ¡Dios! Hanna es sólo sexo y eso no tiene nada que ver con tu silencio respecto al tema de Marina -Hanna detuvo su búsqueda al oír esas palabras y lo miró perdida, ¿sexo?- Y vístete, te llevaré a tu casa.
¿Así sin nada más?
Hanna sintió una leve molestia en su estómago, pobres polillas, pensó.
Marco no le volvió a hablar, y ni si quera terminó el desayuno que con suerte había empezado. ¿Realmente estaba tan molesto?
Había llamado sexo a lo que habían hecho, y estaba segura de que algo había cambiado. ¿Por qué antes le había dicho que habían hecho el amor? ¿Por qué antes había incluido sentimientos? -según ella- ¿Por qué ahora le resultaba tan destructivo que él le llamara así a algo que le resultaba tan bonito y placentero a su lado?
Bajó las escaleras una vez arreglada y se despidió de la madre de Marco con una sonrisa tímida y un adiós corto. Se encaminó al auto de Marco, y este la esperaba dentro. Se subió y Marco comenzó a conducir, era ahora o nunca, debía decirle toda la verdad.
-Conozco a Marina desde hace años -Marco que miraba serio hacia al frente pareció no tomarla en cuenta, pero ella siguió hablando- Viví en Madrid casi toda mi vida hasta hace cuatro años -Marco tomó un poco más de atención a sus palabras y decidió no interrumpirla- Venía todos los veranos aquí a Murcia, a visitar a mis abuelos. Un verano cuatro años atrás, me reencontré con Marina, era mi mejor amiga -carcajeó con ironía- La mejor de todas, un día estábamos en mi habitación y ella comenzó a decir cosas extrañas, la miré raro y me dijo que yo le gustaba, en ese momento descubrí que mi mejor amiga era lesbiana -suspiró y Marco se asombró, la miró unos minutos durante un semáforo en rojo- Fue extraño y casi traumático -unas bocinas atrajeron a Marco hacia la realidad, y partió el auto de nuevo- Se me insinuó y quiso intentar algo conmigo, pero en ese momento mi padre entró a la habitación, se sorprendió y Marina como una cobarde me echó la culpa, diciendo que era rara, que tuviera cuidado conmigo, mi padre como un militar de mente cerrada le creyó y me trató pésimo -miró la ventana mientras una lágrima se escapaba por su ojo derecho- Fue el peor día de mi vida, él peleó con mamá y se volvió a Madrid, nosotras nos quedamos aquí y nunca más lo volví a ver -Marco al terminar el relato estacionó frente a la casa de la morena- Juré ese día que ella me las pagaría alguna vez, y en cierta parte creo que ahora todo ha quedado saldado -suspiró con tristeza ante los recuerdos de su mente- Siento no habértelo dicho antes, pero odio tanto a Marina que aquello me cegó ¡Ella arruinó mi vida! pero no te preocupes, todo esta bien, sólo.. sólo lo siento, ¿si? -dicho esto, abrió la puerta del auto de Marco, pero no pudo salir ya que una mano la atrapo por el brazo.
-Todo ha sido horrible -murmuró en cuanto ella lo miró a los ojos- Debió ser terrible -ella asintió con lágrimas en los ojos- No sé como pude creer estar enamorado de una persona tan vil y tan mentirosa como Marina, tú no te preocupes si, sólo -suspiró cansado- Estoy agotado sobre este tema, no quería gritarte ni nada de eso, sólo fue un intento desesperado de buscar un culpable ante esta situación -soltó su agarre y la acarició su mejilla- Pero tú no eres nada culpable, eres otra víctima como yo -se acercó a ella y besó su frente, demorándose más de lo que el acto ameritaba- Ahora entra que debes ver a tu madre.
-¿Es una despedida? -dijo ella.
-Es un nos vemos pronto -sonrió él y besó sus labios- Anda bonita entra, te llamaré -le guiñó el ojo.
-¿Seguro? -él asintió- Está bien, nos vemos pronto -dicho esto salió del auto, cerró la puerta tras suyo y se encaminó hacia la puerta de su casa y entró.
Marco prendió el auto y se preguntó si de verdad la llamaría el próximo fin de semana.
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Enamórate || Marco Asensio ~ Adaptación
Fanfiction¿Crees estar enamorado? ¿Estas seguro Marco? La obsesión de este chico por su novia, lo hace cometer locuras muy grandes. Inseguro de sí mismo, cree que su novia no le corresponde en sentimientos, por lo que comienza a pensar que ésta lo engaña. Lle...