Capítulo 28

435 29 3
                                    

No supo qué hacer o qué decir, y se quedó parado desnudo frente a ella que seguía mirándolo aún más sorprendida que antes.

¿Cómo había sido tan descuidado?

Primero que todo no debió sacarse la peluca y dejarla tirada por ahí, no debió meterse al baño sin su ropa y no debió dejar la puerta abierta de la habitación, así habría oído entrar a Hanna.

Trató de desviar la mirada de ella y se dio cuenta que debía ponerse la toalla. La recogió rápidamente del suelo y volvió a amarrársela.

-¿Quién eres? -volvió a preguntar ella- ¡Dime porque te juro que te saco de aquí a patadas si no me respondes! -exclamó ella.

-Ya, ya no grites -trató de parecer calmado ante la situación- Te explicaré todo, pero cálmate -agradeció volver a usar su voz de hombre y no la tonta voz de chica.

-Cómo quieres que me calme si hay un hombre aquí en mi habitación, bañándose, y... -se detuvo un momento para observar la peluca que llevaba entre sus manos. Levantó la mirada y supo todo- ¡Tú eres Kate! -exclamó horrorizada.

-Sí, lo soy -aseguró abatido. ¿Debía mentirle? claro que no, algún día sabría la verdad, pero no se había esperado que fuera tan pronto- Yo, yo me vestí de Kate para entrar aquí.

-¡Eres gay! -fue primeramente lo que se le ocurrió a ella al oír tan descabellada idea de que un hombre se vistiera de mujer para entrar a un instituto.

-¡No! -exclamó él- Claro que no -negó rápidamente.

-¿Entonces por qué te disfrazaste de Kate? -dijo confundida.

-Es una larga historia -se sentó en la cama ignorando el hecho de que aún no se vestía- Yo.. -suspiró, era la hora de la verdad- Me infiltré aquí, si así podría llamarse, para vigilar a mi novia.

¿Vigilar a su novia?, ¿quién sería su novia?

Lo observó con la mirada perdida, en algún punto de su cuerpo.

El cabello castaño se le hacía muy conocido, y aquellos ojos color miel daban la sensación de estar en el paraíso. ¿Dónde lo había visto?

Su piel, se veía suave... como su espalda.

¡Era el novio de Marina Muntaner!

-Oh mi dios -murmuró- ¿Tú eres el novio de Marina? -le preguntó y Marco se preguntó si se había acordado cuando lo besó borracha en la fiesta de la semana pasada.

-Sí -murmuró- Soy su novio y estoy tratando de averiguar lo que me esconde.

Entonces todo encajó como un puzzle de niños, la cercanía con Marina, sus actitudes extrañas, sus tan repentinos cambios de voz.

Recordó la caricia que sintió hace algunas noches, los suaves dedos que se asemejaban a la suavidad de su espalda. También recordó la vez que lo vio en su auto, tan sensual, tan guapo. Recordó como Marina se había acercado a él y lo había besado.

Pobre chico, pensó.

Marina le estaba mintiendo terriblemente y él estaba ahí tratando de averiguar algo que tendría que ver con sus propios ojos.

Sintió rabia hacia ella y con todo lo que había sucedido durante estos días. Volvió a observar al chico o mejor dicho hombre, un hombre muy formado y se le ocurrió una proposición para su beneficio.

Sonrió ante la idea, mataría dos pájaros de un tiro como se decía vulgarmente.

-Eso es ilegal, ¿sabes? -dijo con voz melosa.

-Lo sé, pero era la única manera de estar cerca de ella -suspiró- Sé que la odias y todo, pero.. -lo interrumpió.

-Te delataré -Marco se puso pálido- No deberías estar aquí, eres novio de la más puta de todas y no te quiero aquí -dijo firme.

-Hanna por favor, tu odio contra ella no tiene porqué repercutirme a mi -suplicó- No le digas a nadie, yo... Yo me quedaré un poco más hasta averiguar lo que me esconde Marina, y me voy, por favor no digas nada -lo miró, se veía muy lindo temeroso y nervioso frente a ella.

-Supongo que Marie, no es Marie, ¿no? -carcajeó irónica.

-No -suspiró nuevamente- Es mi mejor amigo, que está acompañándome, pero no digas nada ¿si?

-Pues -se paró acercándose a él, acarició su suave cabello mojado y habló- Yo no diré nada si tú me ayudas.

Marco la miró confundido, ¿ayudarla en qué?

-¿En qué debería ayudarte? -trató de ignorar las caricias de las manos de Hanna sobre su cabello.

-En distintas cosas -sonrió sarcástica- Primero que todo mi madre me ha convertido en una prisionera, y tú -remarco la última palabra- Me ayudarás a remediar eso, también me ayudarás en varias cosas más y harás todo lo que yo te diga -acercó su rostro peligrosamente al de él- Porque si no yo puedo hablar con el director y pues.. ¡Pum! Te vas detenido a la estación de policía por infiltrarte en un instituto privado -Marco suspiró.

-¡Eso es un chantaje! -exclamó fuerte.

-No cariño, eso es ser buena persona, porque tú no deberías estar aquí y te voy a dar la oportunidad de quedarte y no acusarte, sólo si me ayudas.

-¡Dios! -murmuró- Está bien.

-A todo esto -se separó abrúptamente de él- Te llamas Marco, ¿no? -él asintió.

Hanna sonrió.

Su moto, las fiestas, alcohol y sexo volverían nuevamente a su vida, con la ayuda de Marco.

Enamórate || Marco Asensio ~ AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora