Capítulo 29

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A media noche ningún paso ni ruido se oía en el instituto. La mayoría de las chicas se encontraban en alguna fiesta, otras en sus casa y las demás haciendo cualquier cosa. Muy pocas solían quedarse el fin de semana encerradas en aquel edificio, por lo que podía decirse que Hanna y Marco estaban casi solos.

La habitación estaba en un completo silencio, dos siluetas se miraban fijamente. La luz de la luna brindó su presencia nuevamente, sus ojos grises se veían mas brillantes, sus facciones estaban igual que hace algunas horas, se sentía confundida y agradecida. Confundida, porque creía que su nueva compañera era mujer -que no tenía nada de raro, siendo un instituto de chicas- pero resultó ser un hombre, y ese hombre a su vez resultó ser el novio de su peor enemiga, de la chica que más odiaba en toda su puta vida. Agradecida, porque gracias a aquel individuo ella lograría las cosas que se le habían sido quitadas injustamente, como su moto, su libertad, su independencia, entre otras.

-¿Te piensas quedar toda la noche desnudo? -Marco se sobresaltó al escuchar su voz, estaba sumido en su mente, atrapado en sus sueños y clavado en sus fantasías... Literalmente.

-Yo ¿qué? -dijo y analizó lentamente sus palabras, y claro, seguía sólo en toalla, mirándola fijamente como un idiota- Me vestiré -algo confundido se levantó recogió la ropa que desgraciadamente había sido la culpable de que lo descubrieran y se encerró en el baño.

No estaba en sus planes ser descubierto, claramente no, y sinceramente el haberle dicho que sí al vil chantaje de la morena había sido un estúpido error. ¿Pero que más podía hacer? decirle no y que lo deportara ante la policía.

Conociendo como estaba la justicia hoy en día, lo acusarían de pedófilo, de psicópata, lo mandarían a un psiquiatra y quizás que cosas más. No le había quedado de otra que aceptar el tonto trato, aún no descubría lo que ocultaba la sincera de su ex novia -sarcasmo- y rogaba porque lo hiciera rápido, quería irse, quería liberarse y reflexionar sobre lo imbécil que había sido al caer y en creer el juego de Marina.

-¿Te vas a quedar toda la noche ahí chico? -escuchó un grito de afuera. Bufó en su interior y tuvo que abrir la puerta, había retrasado todo el proceso de vestirse sólo para no toparse con la morena al salir, pero al parecer no había resultado mucho.

-Ya voy - sin ni si quiera mirarla se dirigió a su cama, abrió sus sábanas y se metió bajo ellas agradeciendo mentalmente el calor que extrañamente había sobre ellas.

Primera vez en semanas que dormía con su propio pijama y se sentía genial.

Cuando estuvo a punto de quedarse dormido volvió a sentir aquella molesta y dulce voz.

-¿Qué se siente usar falda? -muy molesto por aquel comentario, giró sobre su cama para encontrarse muy de cerca a esos ojos grises que lo trastornaban.

-¿Qué te interesa? -preguntó molesto y firme.

-No seas así, Marco -notó el falso tono inocente de inmediato- Sólo es una pregunta -se encogió de hombros, Marco la miró frunciendo el ceño y en un rápido movimiento notó como la morena estaba sentada sobre él, con las piernas a sus costados.

Sintió la piel desnuda de sus piernas y comenzó a ponerse nervioso mientras ella lo miraba pícaramente. ¿Qué se traía entre manos?

-¿Qué... haces? -le costó terminar la oración debido a que la morena comenzó a moverse sobre él.

-Pues.. Nada -soltó una risa irónica- Ahora, respóndeme.. ¿Qué se siente usar falda?

-Yo.. -pensó un momento- No te contestaré, ahora si me permites -llevó sus manos hacia los hombros de la morena en un intento de alejarla, su cercanía era peligrosa- ¿Podrías irte a dormir? -preguntó, ante la negativa reacción de la chica.

-¿Seguro que quieres que duerma? -preguntó con una voz que él la catalogó como muy sensual- Porque puedo hacer otras cosas -rió, y antes de que se diera cuenta la morena acarició su pecho y luego lo besó.

Quiso negarse, en serio.

Quiso alejarse, en serio.

Pero teniendo a semejante chica sobre él con una polera corta y bragas... Era imposible.

Gimió ante la caliente caricia de Hanna sobre su abdomen. Sus manos parecían quemarse al encontrarse con su piel. ¿Cuándo había cambiado la temperatura? se preguntó.

Hanna se movió, gimiendo sobre él al sentir duro a Marco. El chico era guapo, muy guapo. Sexy, y hace mucho que no tenía sexo....

<Contrólate> le dijo por primera vez una voz y se asustó levemente.

Marco la tomó por su trasero, acariciándolo como hace días antes lo había querido hacer, le dio la vuelta y quedó sobre ella.

Besó su cuello desesperado, embriagándose con su delicioso olor... ¡Dios! hace tanto tiempo que no estaba tan excitado.

Bajó sus labios hacia el valle de sus senos, los besó por encima de su polera y oyó un suspiró jadeante de parte de ella.

Como pudo le quitó la polera y pudo fijarse que ella estaba... ¡Sin brassier!. La miró sorprendido y excitado mientras ella le devolvía una sonrisa pícara.

Hanna se acercó y lo besó salvajemente mientras sus senos se apretaba en su pecho. En ese momento creyó morir.

La nube de excitación y lujuria se agrandaba cada vez más, Marco se sentía tan deseoso y tan excitado teniendo su cuerpo entre sus brazos, pero no sabía si dar el paso siguiente o no...

Marina nunca lo había besado de aquella manera.

Marina nunca lo había tocado de aquella manera.

Marina nunca le había hecho el amor.

Con Hanna se sentía morir.

Teniéndola bajo su cuerpo, comenzó a bajar sus labios y llego hasta su vientre, la miró sonriendo y justo en ese momento sonó su celular, haciéndolo sobresaltar.

Volvió en si, si así podría llamarse.

-No -murmuró ella al ver como él se separaba de su cuerpo y miraba su celular.

Un mensaje de:

Marina.

"Siento no haber estado contigo hoy, te quiero Marco."

Hizo una mueca de enojo al ver el mensaje de su novia, ¿tan cínica podía ser?

-Eh Marco, estábamos en.. -la interrumpió.

-Vete a la cama, Hanna -murmuró- Mañana hablamos.

-Pero que -la miró a la altura de sus ojos y ella comprendió todo- Está bien -dijo al final- Espero que duermas bien, mañana será un día.. -hizo una pausa para acercarse a él y rozar sus labios- Duro -dijo mirando su dura erección notoria bajo el pantalón de pijama.

Lo que menos hizo esa noche fue dormir bien.

Enamórate || Marco Asensio ~ AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora