Capítulo 10

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Hanna miró a la castaña que tenía frente a ella con una sonrisa burlona. En el pasillo había oído a Deb decirle que tenían nuevas compañeras y no lo había creído hasta que entró en la habitación tan sigilosamente, que la chica que estaba un poco más allá ni siquiera la había notado.

Como siempre Graham llegaba tarde, o bueno, sólo ahora había llegado más temprano y era porque su madre la había traído, si no fuera por aquello, Hanna ni siquiera habría llegado, o ni siquiera habría ido al instituto.

-Eh, guarra -le habló suave al oído y con voz ronca- ¿Así que eres mi compañera? -se separó más y caminó hasta lo que era su cama- ¡Castaña!, te estoy hablando -volvió a repetir al ver que la chica ni siquiera la miraba.

Marco tardó varios segundos en darse vuelta y enfrentar a la morena que estaba frente a él.

Estaba buenísima pero...

-Eh.. -desde que había llegado al instituto le era costumbre empezar una frase con algún monosílabo incoherente- Soy Ma.. -paró en seco- Kate, Kate Benson -¿Es que acaso era tonto? días y días recordandole a Isco sus nombres para que no fueran a equivocarse y él era el primero en hacerlo. ¡Casi le decía Marco!

-¿Segura? -rió amargamente y Marco tuvo oportunidad de observarla mejor.

A simple vista, la morena formaba parte de las chicas en la que Marco no se fijaría si le hablábamos del último año.

Pero recordando su época de galán hace algún tiempo, la chica que tenía frente a él podría haber sido un gran desafío el conquistarla.

Tenía ese semblante firme, ese caracter formado que no todas las mujeres poseían, tenía el pelo largo y muy ondulado, desordenado casi en su totalidad, ojos claros que no podía definir por ahora el color, pero eran hermosos. Estaba vestida con unos pantalones apretados de cuero y una chaqueta negra, un look bastante extraño si estabamos hablando del primer día de clase, pero qué importaba.

Su estado físico dejaba poco a la imaginación, era.... en simples palabras, guapa.

Por lo que pudo observar tenía un lindo trasero, una cintura que jamás había visto y más arriba estaba el valle de sus pechos, bastante acorde con su figura. Recorrió con la mirada el cuello, un tatuaje bastante singular yacía ahí, algo extraño pero bastante sensual...

Su barbilla era perfecta, y unos labios bastantes carnosos acompañaban en totalidad su bello rostro.

-¿Crees que deba sacarme el lunar de aquí? -sacudió la cabeza y se dio cuenta que había pasado mucho tiempo mirándola y ella se había dado cuenta.

-Eh.. yo, lo siento -rió nerviosamente

-Bien, así que Kate -descaradamente ella la miró de arriba a abajo- Yo soy Hanna Graham, la cama de allí -señaló la cama en la que él estaba apoyado- Es mía, la habitación.. -extendió los brazos- Es mía -llevó una mano hasta su cabello y lo acomodó hacia atrás- Tú y tu amiguita no toquen nada y no habrá conflictos -sonrió y Marco la miró estupefacto.

¿Cómo que todo era de ella?

¿Quién se creía?

Nadie, ni si quiera una mujer le vendría a decir aquello.

-Qué pasa si... la toco -la desafió y se sentó en la cama que había mencionado anteriormente Hanna. Ella tan sólo rió y se acercó sigilosamente a él.

-Pues.. -titubeó- Habrán conflictos linda -lo tomó de un brazo, se quedó quieta y lo miró extrañada- ¿Haces bastante ejercicio, eh? -dijo al notar los musculos de los brazos.

¡Mierda! se dijo a si mismo, le encantaba ir al gimnasio en su tiempo libre, pero ahora no le estaba favoreciendo en nada.

-Sí -dijo apenas y se soltó rapidamente.

-Bueno -lo miró raro nuevamente- Te lo vuelvo a repetir, no toques nada y todos felices -sonrió al mismo tiempo que sonaba un timbre por todo el edificio y al parecer todo el campus- Anda a clases nuevita, y no esperes que te ayude porque no lo haré.

-¿Tú no vas a clases? -le preguntó en cuanto la vió sacar ropa de su maleta, y no irse a clases, lo que suponía que debía hacer.

-Primero eso no te interesa -lo miró con aquellos ojos, por un instante Marco los vio de un color verde, verde hermoso, cabe mencionar- Segundo ¡Anda a clases! -le exclamó, casi hechándolo.

-Pero yo, eh.. -tomó uno de sus cuadernos.

-Tú nada -lo empujó hasta la puerta, lo llevó hasta afuera y sin que tuviera tiempo de ni siquiera protestar le cerró la puerta en la cara.

-¡Esto no se queda así! -exclamó Marco antes de comenzar a bajar el sin fin de escaleras del edificio.

Eran varios pisos los que tenía que recorrer hasta llegar al campus.

Si hubiera bajado con Isco se habría ahorrado el mal rato con esa morena.

¡Es que como se atrevía!

Hanna Graham era la peor chica pudo haber conocido, bastante grosera con una estudiante nueva.

La chica le recordó a Nick Grace, el peor chico de la preparatoria a la que había asistido, siempre molestando a todos, a los nuevos, a los antiguos, a todos. Casi nadie se metía con él, excepto él, excepto Marco, que más de alguna vez tuvo algun altercado con el chico por defenderse.

Maldijo en su interior en cuanto llegó al campus. ¡No sabía donde estaban los salones!

Es que esto sólo le sucedía a él nada más.

Empezó a caminar y trató de imitar a las chicas que caminaban de un lado a otro. ¿Cómo podían mover las caderas de un lado a otro?

Se quedó observandolas un buen rato hasta que se dio cuenta que la escena era bastante extraña, una chica mirando a otra chica. ¡Le iban a decir lesbiana ahora!

Decidió intentar mover las caderas igual que ellas y algo le resultó, pero de lo tan concentrado que estaba no se dio cuenta que había chocado.

-Disculpa, yo.. -trató de decir, mientras levantaba la cabeza y miraba asombrado.

-No te preocupes -sonrió con esos labios tan conocidos para él.

-Marina -susurró en un intento de que solamente él escuchara.

-¿Cómo sabes mi nombre? -preguntó.

Y es que definitivamente todo estaba saliendo más complicado de lo que pensaba.

Enamórate || Marco Asensio ~ AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora