En tu mirada encontré mi camino (Benedict Cumberbatch)

Date

-Vaya , no aguantas nada. 

-No me importa ponerme en forma. 

-No, solo creí que estarías un poco más en condición. 

-Nunca fui una aficionada del ejercicio. 

-De seguro en la escuela eras de esas niñas que eran bastante torpes en cuanto a los deporte. 

-¿Me creerías si te dijera que es todo lo contrario? 

-Probablmente no. 

-Pues si, yo fui seleccionada para torneos de la region y estado. 

¿Ah sí?.- dicecomo si no me creyera.-¿En que deporte? 

-Natación. 

-Tonterías. 

-Lo juro. Era buena en eso. 

-¿Qué sucedió?

-Me sacaron del equipo, encontraron hierba en mi equipo. 

-Wow, Dy ,sabía que eras una borracha, pero no pensé que fueras de las que se dan sus viajes. 

-No era mía.-aclaro. 

-No hay nada de que avergonzarse. 

-En verdad, no era mía. Le quite el puesto en el equipo de relevos a una chica y eso no le agradó mucho así que...

-Como sea, no tienen registro de eso ¿Por qué no te inscribiste en otro equipo? 

-El entrenador me dijo cosas que me hirieron mucho en el momento, me estimaba demasiado y lo defraudé. No me dieron ganas de volver a entra en alguna competencia. Ya mucho tiempo después lo superé, pero solo nadaba como hobbie. 

-Eras una sensible. 

-Era una estúpida, pude haber tenido un futuro brillante, era muy buena.

Caminamos de regreso hasta una parada de autobús y continuamos platicando de cosas estúpidas, de fiestas y tonterías cometidas. 

-Aquí me bajo. 

-Nos vemos. 

Nos despedimos de beso y las puertas se abren. 

-Adiós rara. 

Comencé a ir a un gimnasio con Leonora solo durante los fines de semana, más que nada por aburrimiento. Yo no pongo mucho esfuerzo y  el instructor que me asignaron terminó por darse por vencido y dejarme por mi cuenta.

Salgo del bus y caminó hasta mi hogar bajo el intenso calor de Los Ángeles.  Cuando llego hay una camioneta de mensajería afuera del edificio. 

-¿Disculpa? 

-¿Sí? 

-¿Sabes en dónde vive Audrey Maldore? No está el número de piso que es y no quiero molestar tocando en el lugar equivocado.

-Oh, esa sería yo. 

El sujeto me entrega un paquete y una tabla para firmar de recibido antes irse. Me resulta curioso saber quien envía el paquete, pero no tengo tiempo de revisarlo ahora, solo lo dejo en la mesa del comedor antes de responder la llamada entrante. 

(Benedict) 

-¿Benedict?

-¿Planes para el Jueves? 

-¿Acaso hay algo importante? 

-Acción de gracias. 

-¿Tu celebras eso? 

-¿Tú no? 

-Pues no, es cosa americana. 

-Yo no soy el que lleva viviendo aquí más de tres meses. 

-No he tenido invitaciones.

-Me alegra oír eso. Un amigo me invito a pasarla en su casa ¿Me preguntaba si quieres ser mi acompañante? 

-Muy bien. No es nada formal ¿cierto? 

-No, para nada, es solo una cena con algunos amigos. 

-Gracias a Dios. 

-¿Qué pasa? creí que amabas esas cenas.

-Luego te cuento. 

Ya es Jueves y los dos días se me hicieron eternos, no sé si son las ansías de ver a mis amigos  después de tanto tiempo o el poder ver a Audrey.  Tan pronto su nombre atraviesa mi mente el recuerdo de hace una semana hace su aparición estelar. 

(Flashback)

Siento sus cálidas manos tomar mi rostro, acortando la lejanía entre nuestros labios. La punta de su nariz roza con la mía, pero sé que un beso no es adecuado. Me acerco a su oído para susúrrale.

-Me estás matando.

-Somos demasiado, Ben. Somos muchas emociones, recuerdos, momentos, palabras. No quiero perder eso. Quiero hacer las cosas bien y si eso no es posible...

-No digas eso. 

-Si eso no es posible, quiero que nos aferremos a los buenos momentos y terminemos con la mejor imagen el uno del otro. 

-Somos demasiado.- repito. 

-No, no es algo malo, es... 

-Me encanta, me fascina que seamos demasiado. 

Audrey me mira con una sonrisa tan dulce que aún hoy la recuerdo y me hace suspirar. 

(Fin del flashback) 

Arreglo mi cabello como siempre y me pongo una camisa blanca y mi chamarra de cuero. Será una buena sorpresa llegar en motocicleta. Guardo mi cartera y busco los cascos, cierro con llave y manejo hasta donde Audrey.