¿Predecible?

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-No tuve tiempo de preguntarte ¿Qué haces aquí? 

-Oh cierto, ¿Recuerdas a mi padre? 

-Por supuesto, era algo así como mi jefe. 

-Sí, lo que digas.- dice molesto.-Invirtió en una imprenta nueva en Colorado, Castle Rock para ser exactos. Los socios viven en Fresno y me quedé de ver allá con mi padre. 

-¿Manejarás hasta allá?

-No, mi padre enviará un chófer por mí mañana. Son unas tres horas de aquí a allá, todo un dolor de cabeza. 

-Me lo imagino.- digo sarcásticamente.

-Te has vuelto bastante irrespetuosa y burlona desde que estás aquí.- dice sonriendo un poco. 

-Lo siento, ya no trabajo para ti. - Me levanto de hombros guardando mi móvil.

-Oh, ni siquiera me había dado cuenta. 

-¿Qué te sucedió James?, solías ser un jefe divertido. 

Me cuenta un poco de los hechos más recientes en su vida, que son bastante superficiales a decir verdad. Lo pongo al tanto de mi cambio de trabajo que lo llega a tomar por sorpresa, debido a todos los hechos. No le cuento nada sobre Benedict, pero inevitablemente en una forma de burla toca el tema, no me doy cuenta de esto y acepto mi ¨relación¨con Ben. 

-Yo solo lo decía de broma, pero ya que estamos ahí, cuéntamelo todo. Nunca me imaginé que fuera a pasar algo entre ustedes y si fue así, creí que sería algo de una noche. 

-¿Eh? Yo hablo de una relación de amigos. Ya sabes, ex compañeros de trabajo que aun mantienen contacto y...

-Contacto físico querrás decir. 

-No, James ew. 

Pasamos el resto del camino burlándonos  el uno del otro, casi como en los viejos tiempos. Llegamos hasta el banco más cercano, retiro un poco de efectivo y me despido de James. 

-Te llevaré de regreso.-insiste encendiendo el motor. 

-Nada de eso, necesitas descansar para tu agotador viaje mañana. Además según lo que me dijiste, tu hotel está unas cuantas calles de aquí. 

-Estás segura? Ya está anocheciendo y... 

-Estoy segura James. 

Me alejo de la ventana, para permitirle moverse. Será un largo camino a casa, pero finalmente no tengo nada que hacer. Estoy segura de que caerá la noche antes de poner un pie en casa. Son las siete de la noche y no preocupo por acelerar el paso, me siento muy segura, aún habiendo sacado recién dinero. Como sea. 





(Benedict) 

Pasamos dos horas viendo un partido de soccer con algunas cervezas y amigos que Chris me presentó. Se crea un buen ambiente, somos unos 10 hombres. Termina el partido y comenzamos a platicar acerca de el. Opiniones sobre esto, sobre aquello, risas y burlas entre ellos. Comienzan integrarme y eso es algo que me agrada bastante. 

-Será mejor que vayamos a comprar las cosas. 

Extrañado y con más confianza me atrevo a preguntar que cosas. 

-Para la fiesta, faltan menos de dos horas y no tenemos nada aún. Tenemos toda la comida, pero nada de alcohol aún. No tardamos.

Ambos muchachos se van. Tienes unos cuantos años menos que yo y no logro imaginarme en una fiesta con más chicos de su edad. La mejor decisión sería irme. Con esa intención busco por todos lados las llaves de mi cuarto, pero no haya nada. 

-Hey Chris, ¿No has visto donde están mis llaves?

-¿Para qué? !¿Ya te vas?! 

-Sí.-comento mientras apenado paso mi manos por detrás de mi cuello. 

-No te irás, por favor quédate solo un rato. 

Nuestra pequeña conversación privada comienza a llegar a oídos de los demás presentes y entre todos comienzan a ejercer presión sobre mí para que pase un rato en la fiesta. Acepto, después d hacerme el difícil. Me aburriré en menos de una hora, eso lo tengo por seguro. 

Los chicos no tardan en llegar con suficiente alcohol como para emborracharnos 3 veces a las diez personas en la sala. Tan pronto, me levanto al baño escucho el timbre sonar y me acerco para abrir la puerta. 

-Oh, ehhh buscaba a a Chris.- dice tímida.

-Chris, claro. 

-Abby, pasa.-grita desde el otro lado de a sala. 

Inevitablemente sigo con la mirada a la chica y otras dos que entran tras de ella. En un lapso de 20 minutos la casa comienza a llenarse de hombres y mujeres, yo calculo de entre 20 y 25 años. Es en estos momentos donde me gustaría tener las habilidades de aquel personaje que lee tan fácilmente a las personas, saber de donde vienen, saber en que trabajan, saber todo de ellos con tan solo mirarlos. 

Una femenina voz me saca de mis pensamientos, me doy cuenta que han elevado el volumen de una música que no encuentro muy de mi agrado. 

No alcanzo a escuchar muy bien lo que dice y veo como la chica pelirroja se me queda esperando por respuesta. 

-Discúlpame, no te escuché. 

-Dije...dije que eres el hombre más apuesto del lugar.-mira a su alrededor con una enorme tranquilidad. 

Tardo un poco en responder, realmente no sé como recibir un cumplido, normalmente soy yo quien los hace. Aprovecho la música en el ambiente y finjo hablar, obviamente la chica se acerca en señal de que no logro escucharme. Hago una mueca y antes de que pueda decir algo más, me toma de la mano y me lleva hacia otra parte mucho más privada y tranquila. 






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En tu mirada encontré mi camino (Benedict Cumberbatch)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora