ROL {Avengers}

99. Tony

Cuando Barnes sale no puede evitar pensar que luce demasiado bien, incluso cuando no debería. Se acerca hasta a él, el cabello largo es un signo característico

- Jamás querría que te deshicieras de él, pero quizá deberías ocultarlo...-comenta, tomando un menchón de su cabello, ¿cómo es que consigue algo así?

¿Sigue siendo el suero?

- Sé que no parece el movimiento más correcto en este momento, pero no planeo permitirle a Ross quitarme esto.

Deja el mechón detrás de su oreja y se aleja dos pasos del otro. Su buen humor aumenta.

- No te preocupes, James... ¿Confías en mi? No soy tan estúpido para sacarte de aquí sin algún seguro... Peter te esconderá si se diera el caso, es bueno en mantener un perfil bajo, aunque no lo creas-dice, divertido, ante la mirada incrédula del otro.

Lo hace caminar a par suya hasta llegar al elevador. Una vez en la primera planta se encuentran con el más joven, que saluda con gran ánimo a ambos.

- Con Spidey como guía, tengan por seguro que encontraremos los mejores perros calientes del mundo-afirma, con una sonrisa radiante.

Tony adora eso de él, esa inocencia que él perdió en tan poco tiempo. Lo disfruta enormemente, y se propone que Barnes pueda disfrutarlo también.

-Saldremos por las puertas de emergencia... Happy saldrá en mi auto, si alguien fuera está vigilando le seguirá primero... Para cuando se den cuenta que no estoy aquí ya estaremos lejos... Cambia esa cara, hombre... Tienes talentos también. Confío en ti para ayudar en esto...-dice, y coloca una mano sobre el hombro del mayor.

Peter les observa con curiosidad, y sonríe con ganas ante la escena.

Mira a Stark acomodando la capucha del otro, y como éste le observa con intensidad. Como si temiera que todo esto pudiera dañarlo.

- Vamos, vamos... No tenemos todo el día-les apresura el menor.

Tiene un pensamiento estúpido por un segundo. Como si estuviera en casa. Esa misma sensación que le provoca estar con su Tía May.

- Todo estará bien-dice Tony, y aunque no puede afirmarlo, desea más que nada que la experiencia sea tan buena que, una próxima vez, sea el otro quien se anime a invitarle.