ROL {Avengers}

33. Tony

Observo con preocupación la escena, la expresión en el rostro de Barnes me da a entender que no la está pasando bien.

Comienza a moverse, Steve a duras penas lo contiene. Sam pronto se le une.

- Detenlo- ruge Steve, y no sé si habla con Strange o con Wilson.

Stephen debería ser capaz de oírnos, observo su cuerpo. Una línea sobre su frente destaca. No está siendo sencillo.

-No...-digo yo, hacia el médico - No te detengas ahora...

- ¡Stark!-brama Rogers.

Debe creer que todo fue un montaje. Que al final, realmente espero herirle con todo esto.

- No te atrevas a dejarlo así, Stephen... Si sales ahora...

James continúa moviéndose, su cuerpo, sometido, comienza a luchar contra sus captores. Un buen golpe deja a Sam en el suelo, Steve recibe un codazo en el rostro.

Aprieto mis puños, corto la distancia y coloco mis manos sobre el pecho de Barnes.

- Nos traicionaste- escucho decir al rubio, con dolor.

Muerdo mi labio.

Es válido. Puedo entenderlo... Pero... ¿Existirá un día donde sea capaz de verme sin creer lo peor de mí de nuevo?

No estoy seguro de ello.

Los movimientos van disminuyendo, poco a poco la respiración de James se regula.

- Solo quiero ayudarlo...-murmuro casi para mí, mis ojos estan fijos en el rostro del Soldado.

Si algo fue mal, esos ojos no volverán a abrirse nunca.

Ese era el precio a pagar por su libertad.

Por favor... Por favor. Abre los ojos ruego en mis adentros, para mi sorpresa.

¿En qué momento este hombre se volvió tan importante para mí? Nunca seré capaz de responderlo.

Por su bienestar, he roto las reglas... Fury no tardará en descubrir lo que he hecho, y ahora lejos de ser el Cap quien deba de huir de la ley... Yo podría terminar en la cárcel.

-Tengo la ubicación-me dijo Strange, luego de un rato en que se mantuvo en silencio, completamente concentrado -¿Estás seguro de esto?
Sus ojos azules me miraban con verdadera preocupación.
-Necesito un seguro, doc... Nadie debe poner sus manos sobre él -y dándome las coordenadas con cierto recelo, Strange me entregó lo único que podría ayudarnos a mantener despierto a Barnes.
Aunque fuese en contra de su voluntad

Sentí sobre mi palma los débiles latidos de su corazón, y sentí mi rostro palidecer.

- Sobrevive, Barnes...-ordeno, y aunque mi voz tiembla sé que todos pudieron oírme -Mereces vivir-