195 Tony

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La injusticia es marcada en sus facciones. Él siempre fue autosuficiente. Le gustaba cortarse el cabello solo, a veces... Antes. Vale. Quizá había perdido la práctica.

No pienso besarte en todo el día

¡Qué atrevimiento!

Cuando llegan al auto casi sonríe por el comentario del otro. La duda le ha asaltado.

"¿Es realmente necesario ir ahora?" Se pregunta un momento, y al notar el buen humor en el mayor lo sabe.

"Absolutamente necesario"

— Deberías conducir tu...—comenta, y ante la incredulidad en su rostro solo deja las llaves en sus manos — Quiero ir de pasajero por una vez... El viaje es algo largo

Cuando suben al auto Tony respira más tranquilo. La ciudad es un mundo aparte siempre, así que cuando alcanzan la carretera se siente inmediatamente más relajado.

Se dedica a mirar el paisaje. Y no solamente se refiere a los calurosos tramos que recorren.

Observa a James manejar cada cierto tiempo. Luce bastante curioso, a su parecer. El hombre que vivía en las sombras, manejando un auto — aunque no fuera último modelo— bastante llamativo mientras su cabello bailaba con la brisa.

Apartó la mirada cuando recordó que estaba castigado.

Observó la carretera de nuevo, y se sorprendió un poco al notar que llevaban ya un buen tramo recorrido.

— Dobla en la siguiente intersección... Hay un lugar que quiero mostrarte

James solamente asiente ante su comentario. El silencio no es incómodo, el suave murmullo de la radio es lo único entre ellos.

Al cabo de un rato —tras seguir las instrucciones del millonario— se encuentran con que la calle va volviéndose más y más angosta. Árboles cubren los costados y, a lo lejos, distinguen una parada para cargar el gas.

— Estaciónate ahí—pide el menor, señalando la estación

Cuando llegan Tony no tarda demasiado en quitarse el cinturón de seguridad para bajar del auto. El otro le sigue de inmediato.

Caminan apenas minutos cuando llegan a una tienda con un aspecto nada espectacular. Pareciera increíble que un lugar así venda realmente algo. Están casi fuera del mapa.

Entran. Una campanilla anuncia su llegada. Una anciana sentada tras la barra alza la vista solamente para volver a envolverse en su lectura.

— Tan encantadora como siempre—musita Tony en voz baja.

Recorren los pocos pasillos y poco a poco James puede apreciar lo evidente. Es una tienda de antigüedades. Verdaderas antigüedades.

— Cuando estaba más joven tuve una pelea monumental con un amigo mío... Tomé su auto y me encontré manejando hacia ningún lugar... Terminé perdido. JARVIS no funcionaba maravillosamente todavía y estaba por quedarme sin combustible

Encuentra una pila de discos de vinil, y pronto comienza a revisarlos.

— Recuerdo que llegué aquí y quedé maravillado... Nunca le conté a nadie de esto. Tony Stark... Innovador tecnológico... ¿Amante de las antigüedades?

Sonríe al encontrar un disco y se gira hacia James.

— No iba a hablar muy bien de mi... Regresé a casa con más cosas de las que algún día podría usar y Stephen Strange consiguió un libro de primera edición que nunca creyó tener

Tony ni siquiera recordaba por qué habían peleado aquella vez, solo sabía que ese libro había ayudado a resolver el conflicto.

—¿Algo que despierte tu interés? — cuestiona, curioso, luego de unos segundos.

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