ROL {Avengers}

80. James

Le duele un poco que este lo aparte pero no duda en seguirle de cerca asustandose al verlo disparar de nuevo contra las armaduras perdido en sí mismo.

Su primer reflejo es acercarse y volver a abrazarlo con fuerza deseando poder aliviar un poco su angustia pero se resiste, le pide que lo suelte y el precio de no hacerlo, de querer protegerlo es recibir un codazo en plena nariz y verlo huir a su habitación.

El gemido de dolor sale de sus labios y escucha a Peter decir una de las mayores tonterías que ha oído mientras que él mismo se recoloca de nuevo la nariz entre quejidos, aquel codazo ha sido bastante fuerte.

- Eso es una tontería, ¿Cómo vamos a dejarlo sólo ahora?

Se apresura en tomar el papel que este le da para intentar detener el sangrado de su nariz con los ojos clavados en esas pobres armaduras destruidas

- No sabía que llevaba consigo una carga tan grande...

Susurra bajando la mirada sintiendo una opresión en el pecho que lo obliga a sentarse sin saber que hacer pero con la ansiedad viva de querer hacer algo.

- Vete a casa, yo me quedaré vigilando... Si pasa algo te llamaré enseguida

Ignora sus reproches y le pide de nuevo que se vaya a su casa a descansar, no debería ver a Tony así.

Ni siquiera él quiere verlo así.

Las horas pasan sin ningún cambio, algo que lo desespera pues en todo ese tiempo se ha negado en separarse de la puerta de la habitación ajena teniendo que este pueda necesitar algo. A la tercera hora empieza a perder la esperanza y decide hacer algo al menos por saber que se encuentra bien por lo que su primera idea, y quizás la más estúpida, es pasar por debajo de la puerta una nota pequeña y dar dos golpes para que este la vea.

Da igual lo mucho que te lo creas o lo mucho que otros quieran creer o hacerte pensar, no eres un asesino

Seguido de esta vino otra aunque esta tiene dos gotas pequeñas de sangre por culpa de su nariz.

Eres una persona increíble Tony, has salvado más vidas que nadie y eso no me lo puedes negar

Y otra más.

Tú me sacaste de la miseria, cuando quieras hablar sólo abre la puerta, esperaré todo el tiempo que necesites

A esa última nota le añade una de esas caritas sonrientes que tan de moda están, a él le animan mucho por lo que decide ponerla al final de la frase para luego terminar sentado al lado de la puerta esperando no haberle molestado con las notas o con su sola presencia ahí.