135. Tony

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Cuando Tony llega camina de un lado a otro a varios metros de la base.

¿Qué demonios está haciendo? Él no es un maldito agente secreto, no hay manera que logre entrar ahí sin soltar alguna alarma. Su traje es demasiado llamativo por sí solo.

Ha asistido a misiones de rescate antes. Y Steve siempre estuvo ahí cuidando sus espaldas, por no nombrar al resto del equipo.

Pero él está a demasiadas horas de distancia, si nos va bien se obliga a recordar.

¿Qué debería hacer? Para cuando se decida probablemente James ya esté en demasiados problemas.

Tiene horas adentro, y yo tengo una hora aquí afuera

Ahoga una maldición.

Observa el panel sobre su brazo, tiene un plan estúpido, pero quizá sea su mejor opción.

Haber llevado a Peter habría sido un movimiento demasiado arriesgado. No se atrevería a exponerlo a aquello.

- Date prisa...- murmura, apurado, al ingresar sus órdenes.

Una vez listo, se las arregla para pasar por las puertas, ha tenido que noquear a dos de los hombres fuera, y asegurarse que no puedan delatarlo antes de tiempo.

Una maldita broma gruñe en sus adentros al verse a sí mismo intento imitar los premeditados movimientos de Widow; odiaba a esa maldita espía, y le agradecería más que a nadie el tomarse en serio cada sesión con él.

Consiguió un uniforme, y cubrió lo más posible su cara al pasar junto a otros guardias.

Ross, eres hombre muerto se juro, al conseguir un arma.

La pulsera metálica iba bien oculta en su muñeca.

Ross continúa despotricando contra todos los héroes en su oficina cuando la alarma de las instalaciones sonó.

Sonrió gustoso, la ira en sus ojos era clara.

- No pudiste resistirlo... Venir por tu maldito perro faldero- se burló, pensando en el castaño.

No comprendía por qué de entre todos Stark hubiera decidido dar asilo al asesino de sus padres, pero le había facilitado su trabajo demasiado.

Con él cerca, solo debía esperar. Los Vengadores aparecería solos, y, por lo que veía, Tony haría justo lo mismo.

- Señor, siete objetos se muestran en los radares... Creemos que no viene solo-le informa uno de sus hombres, Ross mira el cielo.

Las distintas armaduras se distinguen en el cielo nocturno, sonríe con prepotencia.

- Prepara a los hombres, quiero a todos listos... No quiero que ninguno de esos trajes entre aqui-ordena, con una expresión demasiado macabra en el rostro.

Tony avanza por los pasillos, escucha a Ross a lo lejos. Maldice y se esconde en el primer lugar que encuentra.

Está agachado tras un contenedor, a varios metros. Nota los colores propios de un hospital. Quizá fueran los desechos de una operación... Palidece al imaginar lo que pudieron hacerle a Barnes.

Cuando Ross se aleja, Stark se arma de valor para seguir los pasos de donde éste venía.

No tiene mucho tiempo. Sus trajes están incompletos. Algunos rotos, otros aun a medio camino de ser minimamente funcionales.

Si sobrevivo a esto, prometo hacer un traje nuevo y terminarlo piensa, entre la adrenalina del momento.

Escucha pasos, distingue voces burlonas. Hablan de un pobre diablo, se divierten con su sufrimiento.

Reconoce a James al final del pasillo, lo llevan a otro sitio.

Es su oportunidad.

Consigue cargarse a uno de los guardias, y lucha con el otro en un intento de alejarlo del de ojos claros.

- ¿James?- le llama, mientras esquiva un golpe - ¡Podría usar un poco de ayuda aquí!-gruñe, pero no hay respuesta.

El golpe que deja fuera de combate al guardia es quizá demasiado fuerte. El otro parece ido, siente que su cuerpo tiembla.

- No...-murmura, dolido.

Escucha pasos tras suyo. Toma el brazo del soldado e intenta tirar de él para que le siga.

El cuerpo se mantiene quieto. Sus ojos arden.

Maldito seas, Ross...

Barnes no parece en condiciones de buscar pelea siquiera, o quizá no le ha reconocido. No ha movido ni un dedo por ayudar a quienes le escoltaban, y tampoco parece muy interesado en la presencia de Tony.

La última armadura cae y Ross sabe que ha picado el anzuelo. Se vuelve hacia sus hombres, rojo de furia, y grita;

- ¡ENCUÉNTRENLO!

Los pasos cada vez están más cerca, Tony no consigue moverlo ni un centímetro.

- Maldita sea, James. ¡Ayúdame a ayudarte!-murmura casi a gritos histéricos.

Van a encontrarlos. Definitivamente van a hacerlo.

Escucha la voz de Ross.

No tiene salida.

No va a dejarlo.

Toma al otro de la camisa, le obliga a mirarlo, aunque sus ojos no ven nada. Una niebla pareciera cubrir su mente.

-Regresa. Maldición. Regresa...

Apoya su rostro en el pecho del otro. No quiere morir, pero no quiere dejarlo.

Si debo morir... Si es junto a ti... Aunque sea de esta manera...

Los pasos están ahora a segundos de distancia.

Si esa es su última oportunidad, Tony no la deja pasar. Deja un beso casto en los labios del otro.

- Lamento haberte regresado, solo para terminar aquí...-dice, con voz rota.

Escucha las armas cargando tras él. Cuando mira, Ross ya está ahí, apuntándoles

ROL {Avengers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora