129. Tony

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Tony se siente culpable tanto como se siente feliz de haberse atrevido a buscarle. Sonríe un poco ante la comparación del otro.

- Si tuvieras que ser un animal-comenta, luego de un rato, mientras le lleva con él -Nunca pensaría en un perro... Quizá un mapache... O un lobo feroz. Te va más-explica, divertido.

Cuando llegan al laboratorio Tony vuelve poner su atención en el menor de manera inevitable, pero consigue captar la atención del otro ha ratos.

No insiste, sin embargo, ni le obliga realmente a unirse. Le agrada que esté ahí, incluso si está más bien apartado.

Lo ve jugar con el gato, y sus ojos se concentran en el pequeño animal por momentos.

¿Era realmente posible que el otro se viera tan bien acompañado de un pequeño animal? Tony siente celos del pobre gato, pero ignora esa sensación tanto como puede.

Es un poco demasiado egoísta desear la total atención de Barnes, después de todo.

- Entonces, ¿puedo desactivar eso del monitor de bebé?-le pregunta Peter de pronto, sacándolo de sus pensamientos.

Le mira primero sin entender, siente la mirada del otro y se siente descubierto.

No le puso mucha atención al chico por estar observándolo.

Balbucea apenas segundos antes de responder.

-C-claro que no. De ninguna manera-le corta, tajante.

- ¡Pero es demasiado vergonzoso!-se queja el chico

- Precisamente por eso se queda... Me lo agradeceras después-promete, y vuelve mirar a James de reojo.

No sabe por qué ha desviado la vista tan rápido, o por qué sintió que su cara ardía de pronto. James le estaba mirando tan fijamente que sencillamente no pudo soportarlo.

Logra calmarse luego de unos minutos, continúa trabajando con Peter y, una vez que han terminado la parte más complicada -y tras asegurarse que el chico no ha hecho ninguna trampa al activar o desactivar una de las nuevas funciones- le deja solo para cerrar el traje.

- Así que... ¿Nuestro pequeño invitado ya tiene nombre?-pregunta, acercándose al otro.

Ante la mirada del soldado contiene una risa.

-Por Dios, Barnes... ¿Cuántos idiomas hablas? ¿Cinco? ¿Siete?... ¿Y ningún nombre?-no puede evitar sonreír, y su dedo llega hasta el minino. Acaricia con cuidado tras la oreja de éste, que continúa en el regazo del otro.

James está sentado, Tony se ha agachado frente a él para quedar cara a cara con el pequeño.

Sonríe cuando el gato comienza a ronronear ante su tacto.

- Realmente estás cambiando mi vida...-observa, en voz baja.

No es que no quiera que Pete le oiga, realmente no le molestaría si lo hiciera. El comentario es sencillamente tan íntimo que no puede evitar hablar solo para el otro.

- No eres de este tiempo, pero ese no es tu defecto... Joder, diría que es tu mayor virtud...-continúa, y disfruta el tacto del suave pelaje mientras habla - Odio las películas románticas, y contigo fue como si las adorara. Nunca pensé en tener mascotas, y luego me veo accediendo fácil a que la traigas... No me malentiendas, no me molesta para nada... Solo...-guarda silencio, se pone de pie mientras aparta su mano del minino y la coloca sobre la de James de un modo casi imperceptible.

Fue apenas un roce.

Ha mirado entonces al otro, luego de un largo rato, mientras le confiesa:

- Lo creas o no, no eres el único que se está creando una dependencia...Casi como...

No alcanza a decir nada,puesto que escuchan el sonido de un chirrido antes de un fuerte corto circuito. Las luces se apagan súbitamente.

- ¿FRIDAY?- musita Tony, y su voz se nota ahogada.

- ¡Yo lo arreglo!-dice inmediatamente Peter, y se escuchan sus pasos alejándose.

Ese chico va a matarlo. Definitivamente va a hacerlo.

Tony intenta mirar a su alrededor, pero sin luz, en un espacio tan apartado de los ventanales de la torre, es casi imposible mirar nada.

- ¿James?-llama, y casi maldice el sonar tan asustado.

El maullido del gato le eriza la piel.

No sabe estar a oscuras. No desde que fue secuestrado hace años.

El reactor en su pecho iluminó sus noches por demasiado tiempo.

Su respiración se agita.

Tiene miedo.

No está pensando correctamente, no recuerda ni la pulsera que forma el brazo de la armadura, o la posibilidad de guiarse hasta llegar a las luces de emergencia que, en realidad, deberían de haberse prendido.

Le dio un solo trabajo al chico, ¿cómo se las arreglaba para hacer aquello?

Tiembla sin poder evitarlo. Es como volver a esa cueva... Y odiaba demasiado esa cueva. Mira sin poder ver nada; busca desesperado.

Oyó unos pasos, pero ya no está seguro.

- Tengo miedo-confiesa, en un hilo de voz, casi como un rezo, su voz es un murmullo tan bajo que apenas podría ser escuchado- James... Tengo miedo

ROL {Avengers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora