169 Tony

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Con cuidado aparta la máscara y observa al otro con atención. Se nota todavía hecho un lío, pero poco a poco consigue poner sus ideas en orden.

— Creí que estaba soñando...—es lo primero que pronuncia, cuando siente que su voz no va a traicionarle — Estaba seguro de que estaba soñando...

Su voz ha bajado hasta ser un murmullo. Su mirada llega hasta sus manos, una pequeña sonrisa en sus labios se forma.

La tranquilidad en sus sueños fue causada por eso. Porque el otro tomó su mano todo el tiempo.

Apoya su cabeza en el hombro de Barnes. Ninguna cosa que diga puede describir lo que siente en ese momento. Está ahí, es lo único que le importa.

Recuerda entonces lo último que ha dicho y comenta:

— Puedes quedarte tanto como creas conveniente... Pete debería descansar... No se separó de mí desde que me encontró

Su voz adquirió un tono grave entonces, se escondió en el cuello del mayor.

— Soy realmente el peor... De entre todas las personas... No creí que él sería el primero en llegar

No esperaba que alguien se diera cuenta de su ausencia pronto, en realidad. La visita de Peter había sido un milagro.

Quizá eso del sentido arácnido que le contó en alguna ocasión no era algo tan descabellado.

— Lo siento... Ese día... No estaba pensando en más que en mí... El colgante... No dejé de escucharlo... Pensé que... —ahoga un suspiro. Cierra los ojos — Quería verlos de nuevo... Escucharlos... Y reponerlo... Fui un imbécil en esa ocasión... Creo que ellos nunca supieron realmente cuánto los amo.

Se queda callado. Frunce los labios un segundo. No quiere llorar de nuevo por ello.

Se aparta lentamente del otro y vuelve a acostarse.

Se siente triste de pronto.

Para cuando le dan de alta, Peter se las arregló para armarle una pequeña maleta de ropa que entregó al soldado. Tenía un examen demasiado importante esa mañana, y no podía faltar.

Prometió, de cualquier manera, alcanzarlos en la torre por la tarde. O donde fuera que el par decidiera quedarse.

— El Coronel Rhodes llamó...—comentó al mayor, la noche que dejó las cosas del millonario en sus manos — Ordenó que no se quede solo... Ni un momento

Por su expresión, Peter supo que el otro ya se había autoimpuesto lo mismo, pero agregó.

— La señorita Potts se ofreció a cuidarlo también, pero dijo que solo irá cuando tu salgas. El Coronel dijo que lo mejor sería que lo cuides tú, de cualquier manera... Happy dijo que está disponible 24/7.

El chico miró la hora.

— Tengo que irme. FRIDAY te contactará con quien necesites... Iré en la tarde, en cuanto salga del examen

Cuando Tony ingresó a la torre iba con los brazos cruzados. Demasiado tenso, demasiado incómodo. No quería pasar tiempo en otro lugar, de todos modos.

Ese era su hogar, y debía aprender a vivir con los fantasmas que él mismo había formado.

La casa se sentía demasiado grande de pronto. La idea de tener mascotas no sonó tan descabellada entonces.

— Perdí la custodia de nuestro gato...—comentó, mientras caminaba por la sala, mirando a través de los ventanales. Sentía al otro de cerca — No se separó de Peter desde lo que pasó... Vino aquí con él muchas veces, pero lloraba demasiado si se iba...

Era una conversación vaga, pero el silencio le mataba.

— La última vez que lo vi era enorme... Quizá debería tener un perro... Aunque en esta altura no creo que sea la mejor idea

Cuando el otro se anima a preguntarle qué le ha llevado a pensar en eso responde con simpleza:

— No quiero quedarme yo solo cuando te vayas

ROL {Avengers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora