167. Tony

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Cuando despierta por primera vez todo es un mar de confusión. Escucha sollozos, maldiciones bajas y ruegos. Distingue vagamente la voz de Peter, y murmullos diciéndole que no puede pasar más allá de esa línea.

Todo es dolorosamente confuso a partir de ese momento.

Escucha apenas lo que pasa a su alrededor, su cuerpo resiente sus acciones y ni siquiera las intervenciones médicas pueden aliviar algo del dolor que su mente va formando.

Duerme de nuevo, esperando poder despertar, aunque sea un minuto. Peter no se merecía aquello, Pepper no se lo merecía tampoco. Rhodes debía estar tan molesto como asustado.

Y James, ¿qué diría si pudiera verlo?

Cuando recupera la consciencia todo sigue siendo extraño. Abre los ojos con lentitud, parpadeando constantemente. Una mascarilla ha sido colocada en su rostro, y puede oír cada vez más nítidamente los latidos de su corazón. El silencio es intimidante.

Escucha un pequeño hipido, se obliga a moverse lo suficiente como para observar el origen de aquello. Lo que ve le hace sentirse aún peor que antes. A un lado de la camilla se encuentra con Peter, que descansa a cómo puede en el pequeño sillón que hay a un lado.

Ha estado llorando seguro, de ahí el por qué su respiración es tan irregular. Tan dolorosa.

Sus ojos arden, y con cuidado alcanza la mascarilla sobre su rostro. Respira con cierta dificultad, su garganta duele. El menor pareciera tener un sexto sentido, pues ha despertado segundos antes de que Tony alcance siquiera a pronunciar una palabra.

—¡Oh por Dios! ¿Se siente bien? —es la primera pregunta que suelta, y el mayor se hunde en su sitio, sintiéndose pequeño.

¿Por qué hace eso? ¿Ser bueno con él? ¿Por qué lo trata así, después de lo egoísta que se ha portado?

La primera lágrima se desliza, y Peter se acomoda en un espacio reducido de la cama para abrazarlo.

—Lo lamento... Debí notarlo antes... Sabía que algo andaba mal... Lo siento tanto...

Aquello no consigue consolarlo, sino aumentar su tristeza.

—No tuviste nada que ver en esto...—alcanza a musitar, en voz baja, su voz es rasposa—No debiste ver esto...

Parker le mira casi con enfado. Como si aquello le hubiese ofendido. Se separa apenas para mirarle detenidamente. Sus ojos tienen un fondo doloroso.

—Es parte de mi familia ahora... Lo que pase contigo... También me afecta.

Tony dibuja una sonrisa triste, mientras baja la mirada.

—Mereces algo mejor que esto, Peter... Tu tía debe estar más molesta que nunca...

El menor respira hondo antes de decir.

—No le agradabas, lo sabes, ¿no? Después de todo lo que pasó con el traje... Nunca tuvo problemas con Iron-Man, pero no le terminaba de gustar Tony Stark...

El castaño alza la mirada entonces, esperando el golpe final.

—Entonces pasa esto, y ella puede ver que eres tan frágil como cualquier persona... Se lo dije antes, pero apenas puede verlo... ¿Por qué no lo veías tampoco? Tony... Eres el mejor mentor que un chico como yo podría tener...

Tony se muerde los labios, y baja la mirada de nuevo. El menor le abraza otra vez, y murmura palabras de aliento hasta que el cansancio puede de nuevo.

FRIDAY ha seguido las órdenes de Tony al pie de la letra antes. Peter lo sabe, incluso Pepper ha logrado enterarse. La situación fue tan grave que las acciones legales fueron tomadas inmediatamente.

El doctor en turno dudó severamente en poder sacar a Tony de aquel estado. Era hombre muerto cuando llegó. Sus signos vitales eran prácticamente inexistentes.

Peter Parker había heredado un imperio en ese preciso momento, dado que Tony ordenó expresamente hacer esto, seguro de que nadie encontraría su cuerpo sino hasta días más tarde.

Nunca se esperó que ese mismo chico al que estaba entregando todo, llegaría a salvarlo de sí mismo al último momento.

Cuando Tony volvió a dormir, Peter salió un momento de la habitación. En vista de su nuevo poder, solo se atrevió a darle un uso. Nadie más que él podía entrar a la habitación del millonario.

Pepper iba a armar un verdadero escándalo hasta que el chico habló con el novio de ésta. Le explicó con cuidado sus planes al Coronel Rhodes, quien, a regañadientes, convenció a la otra de marcharse.

—Tendremos una conversación pendiente... —fue lo único que advirtió, y Peter no pudo evitar pensar que era estar delante de su Tía May de nuevo.

Cuando Stark despierta Peter continúa ahí en la habitación. El menor le ayuda a lavarse la cara y cuando mira su reflejo no puede más que darse cuenta de lo mal que realmente la ha pasado, además de lo mal que ha hecho a los otros en el proceso.

Ha olvidado, sinceramente, lo que hizo un año antes. No porque su memoria se vuelva terrible, sino porque había abandonado la esperanza hacía mucho tiempo. No recordaba que, además de Peter, existía otro hombre en el mundo con el poder de dar orden en su hogar. En su mundo.

Cuando la puerta se abre no puede evitar abrir los ojos como platos. Primero teme estar alucinando, debido a la insulsa cantidad de analgésicos que tomó antes. Incluso cuando el lavado de estómago le salvó la vida, Tony piensa que algún efecto secundario habrá acabado con la mitad de su cerebro.

No puede apartar la vista del recién llegado. La respiración agitada, la frente con una capa fina de sudor. ¿Habría dado una carrera para llegar allí? Barnes pronto abre la boca, y sus manos se mueven intentando transmitir lo que sea que esté pensando, pero Tony no puede entender qué demonios está pasando.

Definitivamente está soñando.

Y vaya sueño está teniendo.

¿Podría ser que muriera, y nada de esto esté pasando? Es su primera idea en ese momento. Entonces el más alto corta la distancia. Tony cierra los ojos cuando alza la mano, esperando el golpe.

Quizá no esté soñando.

Siente apenas un empujón en el pecho antes de notar como la cama se hunde en un costado, y un par de brazos demasiado familiares rodeándole. Es ahí donde sabe que no es un sueño en lo absoluto.

No puede moverse. Está demasiado sorprendido aún. No puede entender ni una palabra de lo que dice tampoco, puesto que su cerebro no logra procesar nada del todo.

Siente un vacío cuando los brazos se alejan. Apenas puede notar a Peter saliendo del cuarto. Las manos ajenas alcanzan su rostro, el tacto cálido y frío de sus manos le provoca un temblor.

Sus ojos continúan observando con incredulidad al hombre frente a él. Siente como acaricia sus mejillas, y ve desde cerca como las lágrimas se agrupan en esos ojos claros.

Su mano, temblorosa, como esperando que desaparezca en el momento en que llegue a tocarlo, alcanza las húmedas mejillas. Toca con cuidado, temiendo que se vaya. Sus dedos alcanzan los cabellos, y se mezclan entre ellos.

—James...—alcanza a murmurar, su voz sigue sonando igual de mal que antes, pero existe ya un tono de vida— Oh, James...

Es como si despertara realmente de un letargo horrible. Toma las manos del otro, que continúan sobre su rostro, y se funde en ellas, buscando calor, buscando cariño.

Como un pequeño gato asustado, como el pequeño gato asustado que es ahora mismo. Sus lágrimas se pierden en las manos del otro, y pronto siente la necesidad de abrazarlo con fuerza, mientras continúa balbuceando con aquella voz de ultratumba que nunca debió de haberlo hecho.

ROL {Avengers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora