EPÍLOGO
Aguasturbias se estaba devorando a sí misma. Las calles resonaban con los alaridos de los desesperados y los moribundos. Los incendios en los barrios humildes hacían caer cenizas por toda la ciudad. El control se había perdido y ahora cada banda se daba prisa en llenar el vacío de poder tras la caída de un solo hombre. Había empezado una guerra después de que se dieran a conocer tres sencillas palabras: Gangplank está muerto.
Las ambiciones despiadadas y los resentimientos de poca monta que se habían mantenido a raya durante años ahora podían volverse algo concreto.
En los muelles, un grupo de balleneros se abalanzaron sobre un pescador rival. Lo ensartaron con arpones y dejaron su cuerpo colgando de un palangre.
En el punto más alto de la isla, las imponentes compuertas que estaban ahí desde que se fundó Aguasturbias no eran más que un recuerdo. Al cobarde líder de una banda un rival lo arrancó de su cama. Sus gritos y lloriqueos se silenciaron cuando lanzaron su cabeza contra el mármol tallado a mano de la escalera de su propia casa.
A lo largo del muelle, un Sombrero Rojo huye e intenta cortar la hemorragia de una herida en su cabeza. Mira por encima del hombro para ver si aún lo persiguen, pero no logra ver a nadie. Los Ganchos Dentados se rebelaron contra los Sombreros. El chico tuvo que volver a su escondite a advertirle al resto de sus camaradas.
Dobló la esquina y gritó para que sus compañeros reunieran sus armas y se le unieran. Pero su sed de sangre le secó la garganta. Justo frente a la guarida de los Sombreros Rojos se encontraba un grupo de Ganchos. Sus espadas goteaban sangre. A la cabeza, una figura enjuta, apenas un hombre, dibujaba una sonrisa maliciosa en su cara marcada por la viruela.
El Sombrero Rojo tuvo tiempo para maldecir una última vez.
Al otro lado de la bahía, en una callejuela oscura y silenciosa, un médico intentaba ejercer su oficio. El oro que había recibido era más que suficiente para pagar por sus servicios... y comprar su silencio.
Le había tomado media hora arrancar el abrigo empapado de la carne despellejada del brazo de su paciente. El doctor había visto lesiones horribles en su carrera, pero no pudo evitar retroceder al ver el brazo magullado. Se detuvo un momento, aterrorizado por el efecto que podrían provocar sus siguientes palabras.
—Lo... lo siento. No puedo salvar su brazo.
Entre las sombras de la habitación iluminada con velas, la ruina sangrienta de un hombre trata de componerse antes de ponerse de pie a duras penas. La mano que todavía le servía se disparó como un látigo y tomó por el cuello al tembloroso doctor. Lo levantó con mesura y lentitud del suelo y lo puso contra la pared.
Por un momento de terror, el hombre salvaje lo miró con indiferencia, pensando en qué haría con él a su merced. De pronto lo soltó.
Perdido entre el pánico y la confusión, el matasanos tosió violentamente mientras la masa ensombrecida caminaba hacia el extremo de la habitación. Atravesando la luz de la linterna del cirujano, el paciente se estiró para alcanzar el primer cajón de un armario a mal traer. De forma minuciosa, el hombre abrió cada cajón buscando lo que necesitaba. Finalmente, se detuvo.
—Todo tiene un propósito —dijo contemplando su brazo mutilado.
Sacó un objeto del estuche y lo lanzó a los pies del doctor. Ahí, a la luz de la linterna, brillaba el acero pulido de una sierra para huesos.
—Córtelo —dijo—. Tengo trabajo por hacer.
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Universo lol / League Of Legends
RandomHistorias relacionadas con el mundo del videoclub de League of Legeds sacadas de la pagina de universo, autobiografías como historias cortas. Claramente todas estas historias son de Riot Games y son solo de la página universo.