El hombre del bastón de acero/ Historia corta

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La incrustación dorada en el metal verde negruzco daba luces sobre el nombre de su herrero, que hablaba del orgullo y confianza de su creador. A pesar de ello, no estaba adornado ni era pretencioso. Simplemente era una herramienta, pero una de fabricación perfecta. Sus nuevos mecenas fueron muy generosos. Se aseguraron de que cada alteración del diseño para Jhin fuera construido por maestros artesanos.

La modificación les llevó mucho tiempo. Pero, ¿qué haría un artista sin un fino pincel? La escala y precisión del nuevo aparato hacía parecer insignificante la obra anterior de Jhin con espadas.

Le llevó meses evolucionar sus técnicas de esgrima para dominar las mecánicas de las armas de fuego. La pistola tenía capacidad para cuatro balas, cada una de ellas elaborada con latón y químicos. Solo una vez que comprendió el proceso fue capaz de elaborar las balas. Cada bala era imbuida con energía mágica. Cada bala era tan perfecta como la espada de un monje lassilano. Cada bala era la pintura con la cual fluiría su arte. Cada bala era una obra maestra. Ya había quedado demostrado con el ensayo realizado en el pueblo. Y sus nuevos jefes quedaron encantados con la recepción de la obra.

Jhin escondió la pistola debajo de su capa mientras el niño se acercaba.

''¿Ahora sí me das una máscara?'', preguntó el niño, apuntando a las cuatro máscaras que colgaban del carrito de Jhin.

''¿Hiciste lo que te pedí?''

El niño asintió.

''Entonces, podemos comenzar''.

Jhin se detuvo un momento para observar el rostro angelical del niño. Era redondo y perfectamente simétrico. Un diseño aburrido y predecible. Si lo removiera, sería una máscara muy mala.

Jhin observó el resto de la ciudad. Su actuación de regreso sería grandiosa, pero aún quedaba mucho trabajo por hacer. Encontrar al hijo del Gran Maestro Raikkon solo había sido el segundo paso.

II

El cerdo azucarado relucía sobre el caldo de cinco sabores. El aroma extasiaba a Shen, pero decidió postergar el hambre. Cuando la mesera se fue, ella sonrió y asintió. La grasa tenía que derretirse en el caldo. Sin duda, la sopa ya era excelente, pero en unos instantes, el caldo llegaría a su mejor punto. Paciencia.

Shen observó el interior de la Posada del Risco Blanco. Era engañosamente simple y rústica. El trabajo fue realizado por maestros tejedores de madera, quienes removieron la corteza del árbol y dejaron las hojas en los lugares necesarios. La vela de su mesa parpadeaba... de manera equivocada.

Shen se alejó de la mesa, buscando sus espadas bajo su capa.

''Tus alumnos son tan silenciosos como una worax preñada'', dijo Shen.

Zed entró a la posada, a solas y vestido de mercader. Pasando junto a la mesera, se sentó a tres mesas de Shen. Shen estaba muy lejos como para actuar. Cada parte suya deseaba abalanzarse contra su enemigo. Vengar a su padre. Pero esa no era la manera de actuar del Ojo del Crepúsculo. Se tranquilizó al comprender que la distancia era muy grande... pero solo por el largo del dedo índice de Shen.

Shen miró a Zed, esperando verlo sonreír. En lugar de eso, su rival suspiró. Su piel estaba pálida, y tenía oscuras ojeras bajo los ojos.

''Esperé durante cinco años'', dijo Shen.

''¿Acaso juzgué mal la distancia?'', preguntó Zed con voz cansada.

''Aunque me cortes la cabeza, seguiré estando cerca y te atacaré'', dijo Shen mientras deslizaba su pie hacia atrás y lo torcía contra el suelo. Zed estaba a diez dedos y medio de distancia.

Universo lol / League Of LegendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora