Miss Fortune La cazarrecompensas/ Campeones

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''Cuanto más riesgo, mayor la recompensa''.

~ Miss Fortune


Belleza y peligro: son muy pocos los que pueden igualar a Miss Fortune en tales atributos. Es una de las cazarrecompensas más infames de Aguasturbias, que creó su leyenda sobre un reguero de cadáveres acribillados y holgazanes capturados. El eco atronador de sus pistolas gemelas rebota en los hediondos atracaderos y las míseras casuchas de la ciudad portuaria, como señal inequívoca de que otra riña por un botín de los más buscados se está llevando a cabo.

Al igual que la mayoría de los que alcanzan la fama en el retorcido laberinto incrustado de sal de Aguasturbias, Miss Fortune tiene las manos empapadas de sangre. Pero no siempre fue así, ya que alguna vez fue conocida como Sarah, la amada hija de una famosa pistolera que vivía pacíficamente en su solitario taller en una isla. La joven Sarah ayudaba a su madre en la forja: limando seguros, calibrando gatillos o fundiendo pistolas personalizadas. La habilidad de su madre en la creación de armas de fuego era legendaria y sus pistolas, hechas a la medida, se encontraban en las colecciones de muchos nobles ricos. Pero, con frecuencia, las codiciaban gente despiadada y de corazón oscuro.

Una de esas personas era un saqueador de Aguasturbias de recientes y exitosas correrías llamado Gangplank. Arrogante y seguro de su poder, le exigió a la madre de Sarah que le hiciera un par de pistolas que fueran únicas en todo el mundo. Así, un trato renuente fue pactado y exactamente un año después Gangplank volvió por sus armas. Llevaba puesto un pañuelo rojo sobre la cara y no tenía intenciones de pagar por lo que había pedido. Planeaba llevarse las armas por la fuerza.

Las pistolas que la madre de Sarah había creado eran realmente una obra de arte: cañones de mano gemelos, de gran belleza y letalidad precisa. Demasiado buenas para alguien como aquel hombre sin escrúpulos, declaró la madre de Sarah al ver al bruto corsario en el que se había convertido Gangplank. Furioso, Gangplank se apoderó de las armas y le disparó a la armera con su propia creación, antes de apuntarlas contra el esposo y la mismísima Sarah. Luego, lleno de resentimiento, le prendió fuego al taller y arrojó ambas pistolas al suelo, declarando que si eran demasiado buenas para alguien como él, entonces nadie podría empuñar ningún arma con la marca de la de aquella mujer. Con su muerte y la destrucción de sus armas, su legado quedaría borrado de la historia.

Sarah despertó en el centro de una escena atroz: su rubio cabello manchado con sangre y un par de balas alojadas en ambos costados del corazón de su madre. Se arrastró por las ruinas en llamas de su hogar, con los restos de las pistolas aferrados a su pecho sangrante. Su cuerpo sanó, pero parte de su mente quedó para siempre atrapada en el taller de su madre consumido por el fuego y no hubo jabón suficiente que pudiera quitarle el vívido rojo de su cabello; o al menos eso cuenta la historia. Interminables pesadillas comenzaron a atormentarla a partir de entonces, pero Sarah aprendió a sobrellevarlas con una consumidora obsesión de venganza. Reparó las pistolas de su madre y averiguó lo más que pudo acerca del saqueador del pañuelo rojo mientras iba ascendiendo al poder, preparándose para el día en el que estuviera lista para asesinarlo.

Tras embarcarse a Aguasturbias, Sarah mató a su primera víctima, a minutos de pisar las torcidas tablas del muelle: un pirata borracho con un galón de Oscuro de Myron en la panza y un precio por su cabeza. Sarah le disparó en medio de su estupor y arrastró el cadáver hasta la pizarra de los más buscados, de la que arrancó una docena de carteles más.

En una semana, había cobrado cada uno de esos botines, y los criminales con la mala fortuna de haberse atravesado en el camino de Sarah estaban muertos o tras las rejas. Se ganó rápidamente una temible reputación en las tabernas y clubes de apuestas de Aguasturbias. Se convirtió así en Miss Fortune, la Mala Fortuna, para inspirar miedo en sus víctimas y ocultar sus verdaderas intenciones cobrando fama con extravagantes hazañas. Gangplank jamás la reconocería; sería solo otra cazarrecompensas más en las transitadas calles de Aguasturbias.

Con el paso de los años, las historias sobre Miss Fortune se propagaron por todos lados y cada una era más impresionante que la anterior. Capturó el Sirena de un capitán que descubrió de la peor manera lo que significa meter la mano donde no se debe, ahogó al jefe de los Corsarios Cuchillo de Seda en uno de sus propios barriles de ron y sacó al Destripador Demente de su guarida, el estómago de un leviatán descuartizado, los muelles del matadero.

Gangplank todavía era demasiado poderoso como para enfrentarlo de manera abierta, así que Miss Fortune pasó los años entre la astucia y la intriga, rodeándose de un pequeño pero leal grupo de aliados y amantes que al final usaría para despojarse de sus demonios. Pero matar a Gangplank nunca sería suficiente para Miss Fortune. Solo humillarlo por completo y reducir a cenizas todo lo que le fuera querido podría satisfacer a la cazarrecompensas de cabello rojo como la sangre.

Y ese día por fin llegó.

Miss Fortune lo arriesgó todo para ejecutar su primera maniobra contra Gangplank. Tras hilar tramas complicadas sobre otras, el Masacre terminó hecho pedazos y envuelto en llamas junto al muelle, con el autoproclamado Rey de Aguasturbias finalmente destronado. Y lo mejor fue que toda Aguasturbias lo vio caer.

Ahora, con Gangplank derrocado, los capitanes saqueadores y jefes pandilleros de la ciudad portuaria compiten por ocupar su lugar.

La batalla por Aguasturbias ha comenzado.

Universo lol / League Of LegendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora