Fieram/ Historia corta

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Orianna caminó por el parque de diversiones vacío bajo la luz del ocaso. La Feria Fantástica de Sir Feisterly abría sus puertas a la gente zaunita solo dos veces al año, y Orianna no quería perderse la oportunidad de ver sus maravillas. Ese día, esperó hasta que todos se fueron y la alegre música y las fuertes risas dejaron de escucharse. Solo el silencioso silbido de las tuberías que emanaban vapor por el distrito químico interrumpían la calma. Había detrito esparcido por el suelo, cintas de colores y globos brillantes mezclados con papel encerado arrugado que había cubierto postres de jalea dulce.

La esfera mecánica de Orianna flotaba a su lado mientras caminaba por un puesto lleno de rosas, que, según el letrero, olían como cada día de la semana. Pasó por al lado de un mono a cuerda con un par de platillos y un carrito repleto de manzanas azucaradas. Ninguna de estas delicias de Zaun le llamaba el interés; Orianna solo tenía ojos para la vitrina oculta en una esquina lejos del lugar.

Un destello metálico apareció bajo la luz de la luna. Provenía de un niño mecánico sentado detrás de la vitrina. Orianna nunca había visto algo parecido y se acercó intrigada. Estaba vestido con un traje azul como la noche y llevaba un sombrero de seda. Su piel era una coraza de porcelana pura que protegía los delicados engranajes debajo. Sus ojos brillaban con destellos de hilo de plata. Cuando Orianna se acercó, sus labios se formaron una sonrisa.

''¿Puedes guardar un secreto?'', preguntó el chico. La voz le recordaba a Orianna a suaves campanadas.

''Hola'', le respondió. ''Por supuesto''.

''¿Y si hacemos un trato? Mi secreto a cambio de tu nombre''.

''Me parece bien. Me llamo Orianna''.

''Oh-ri-a-na'', repitió el chico. ''Qué sonidos tan suaves''.

Orianna podía jurar que sus mejillas de porcelana se habían sonrojado.

''Creo que es mi turno. Me llamo Fieram. Mi secreto es que le temo al mundo exterior, aunque me gustaría ver las costas y las lejanas montañas''.

''¿Por eso vives en la vitrina?'', preguntó ella. ''¿Porque tienes miedo?''

''Desde aquí, el mundo me visita'', respondió Fieram. ''Tras el vidrio estoy a salvo. Como puedes ver, soy frágil''. Señaló una delgada grieta en su antebrazo. ''Ahí está. Me estoy volviendo viejo''. La boca de Fieram se volvió una sonrisa torcida.

Orianna se río un poco y se encogió de hombros, un gesto que había aprendido hace poco, aunque no estaba segura de haberlo usado correctamente.

''¡Oh! Aún no has visto mis trucos'', dijo Fieram. Buscó en su manga y sacó de ella un ramo de margaritas con una floritura.

''¡Tarán! Y...''

Fieram se quitó el sombrero y agachó la cabeza. Una docena de palomas mecánicas salió volando. Luego, aplaudió una vez y toda la vitrina se llenó de un humo rojizo opaco. Cuando se disipó segundos después, todas las palomas habían desaparecido.

Orianna aplaudió, contenta. La esfera, impresionada, zumbó.

''¡Increíble! Es como magia''.

''Y esa no fue mi mejor presentación. Me tardé en buscar en la manga'', admitió mientras acomodaba las manos. ''Pero los pequeños milagros son mi especialidad. ¡Como el que tú me encontraras, en esta ciudad tan grande! Solo tú y nadie más''.

''Me guiñaste el ojo'', dijo Orianna. ''¿Por qué?''

''Estamos conectados. Tú y yo. Pero ya lo sabías'', dijo Fieram. ''Por eso estás aquí, ¿no?'' Comenzó a mover los pies, nervioso. Orianna estaba maravillada con la sutiliza de sus movimientos.

Universo lol / League Of LegendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora