Recovecos

Lluvia

Amo la lluvia pero también la odio...

No, no, no la odio, yo no odio nada ni a nadie, no pierdo el tiempo en esas cosas, es algo tonto para mí...

Amo la lluvia pero también me enfada...

Sí, eso sí, quizás enfadar sea la manera más acertada de describir ese sentimiento que me llena cada noche que la lluvia cae con tal fuerza que no me deja dormir al chocar contra la lata... ¿o quizás sólo será decepción?

Amo la lluvia pero también me decepciona...

Porque claro, me decepciona el hecho que siendo tan linda, tan limpia, tan purificadora, tenga ese inmenso poder como para no dejarme pegar ojo en la noche, sabiendo que al otro día debo madrugar... La lluvia es cruel.

Amo la lluvia pero también es cruel...

¿Y ahora otra definición? ¿Piensas decidirte algún día? ¿O es que tu cabeza ya se atrofió de sobremanera luego de tanto grito por el profesor cubano de inglés?

Amo la lluvia y hoy me mojaré...

A veces creo que no me escuchas...

Claro que sí lo hago, siempre escucho a mi consciencia, pero nunca te tomo en cuenta. Soy así y sabes tan bien como yo que no cambiaré.

Pero por lo menos deberías escucharme cuando te digo: ¡Cuidado, un auto!

Bueno... soy un imán para los autos...

No te podré salvar cuando estés bajo sus ruedas...

Cuando esté bajo sus ruedas me iré con Sócrates y seré feliz.

¿Ni siquiera a tu consciencia la puedes dejar ganar?

Ni siquiera a mí consciencia.