Una vez

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Una vez me enamoré... porque a pesar que antes me gustaba mi mejor amiga, no creo que llegara a sentirme enamorado de ella, estaba loca, era indomable, yo la quería pero no la amaba.

Hasta que la conocí, ella era suave, inocente, tierna y delicada, todo lo contrario a lo que era mi compañera de travesuras. Ella me enseñó a quererla, a amarla, a cuidarla y protegerla por sobre todas las cosas. Me enseñó a comportarme como un caballero, ya no habían maldades, ya no habían juegos infantiles, todo para mí giraba en torno a ella y, sin darme cuenta, me enamoré de aquella chica de mirada miel y cabellos rubios, una que se sonrojaba cuando la veía fijamente, una que bajaba la mirada avergonzada cuando le decía que la quería, una que se robó mi corazón en un par de días.

Nunca me di cuenta que con eso perdí a mi mejor amiga...

Yo las quería a las dos para mí, pero mientras más tuviera a una, más perdía a la otra. No pude tenerlas conmigo para siempre, una me dejó para irse a estudiar, la otra porque no pude seguirla al cielo...

Quizás las cosas pasaron demasiado rápido, quizás no, pero a los dieciséis me convertí en padre. A los dieciséis mi vida cambió por completo. A los dieciséis fui completamente feliz... Aunque a poco menos de dos años después, cuando nació mi nena, mi mundo de felicidad fue mucho más grande. Tenía mi familia, mi esposa y mis dos pequeños, lo eran todo para mí, no podía pedir nada más...

A los dieciocho mi mejor amiga se marchó, no pude evitarlo, eran sus estudios o yo y ella escogió. Me dejó, me abandonó, pero tampoco podía obligarla a quedarse, no después de que me dijera todas esas cosas... Nos mantuvimos en contacto, la llamaba casi todos los días, me escribía todos los días. Me decía que me extrañaba, que me quería, que seguía siendo el chico más importante en su vida. Yo dejé de decirle «mi niña», no le volví a decir que la quería, nunca le dije que la extrañaba. No sé por qué lo hice, quizás simplemente no lo sentía...

A los veintitrés la mujer a quien amaba me dejó para siempre, para no regresar, para no poder volver a mirar esos ojos, para no poder volver a besarla, para no poder volver a tenerla entre mis brazos. Tenía una enfermedad, una que la consumió lentamente, una que por más que intenté no logré vencer, no logré sacarla adelante.

Mi mejor amiga prometió volver cuando la necesitara... no lo hizo. No fue la única vez, ya lo había hecho antes, simplemente me mandó una carta... ¡Una carta! Ni siquiera una llamada, ¡una carta! No la leí ni la abrí, sólo la tomé, la rompí y la tiré a la basura, no había nada más que hacer, ella ya no existía para mí.

No la volví a llamar, no la volví a buscar, no hice el intento por saber cómo estaba, no quise saber qué era de su vida, no me importó para nada. Ella no se merecía nada, me había traicionado, me había engañado, yo siempre estuve para ella, ella no estuvo cuando más la necesité.

Me concentré en mis nenes, ellos me necesitaban, los sacaría adelante, seríamos felices costara lo que costara. Sólo ellos existían para mí, ellos y mis hermanos, nadie más era importante.

Quise olvidar mi pasado, todo menos a quien amaba, ella seguiría viva por mí y más que cualquier cosa por mis hijos. No volví a mencionar a mi mejor amiga, a la basura se fueron la mayoría de sus fotos, quise olvidar su rostro, su risa, sus ojos, sus rizos, su aroma... quise hacer como que nunca la conocí...

Pero cuando volvió no pude... mi mundo se vino a abajo, los recuerdos se agolparon en mi memoria y no pude seguir arrancando. Una vieja camiseta de fútbol me recordó todo de ella, pero una simple frase lo volvió a arruinar todo: «Él es mi novio» dijo y yo supe que todo lo que una vez fue, no volvería a ser, al fin y al cabo ella no existía desde hace años...

Una vez me enamoré...

Una vez creí estarlo...

Una vez perdí a quien más amaba...

Una vez perdí a mi mejor amiga...

Una vez las tuve a ambas... luego no tuve a ninguna... Algunos dicen que las cosas pasan sólo una vez, pero no es verdad... eso lo sé muy bien. A ella la perdí dos veces, las dos veces no hice el intento por recuperarla...

RecovecosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora