Quizás sí es amor...

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Se conocieron cuando eran apenas unos niños, se odiaron al principio, se quisieron a medida que pasaban los años y se fueron conociendo más. Nunca hubo de eso que llaman «amor de pareja» entre ellos, sólo un gran cariño de hermanos. O quizás si hubo algo más, pero que no llegó a nada...

Se separaron al fin del verano, él formó su familia, ella se fue en busca de otras aventuras. No se vieron en siete largos años, siete años en donde muchas cosas sucedieron para ambos. Ella encontró el amor, él lo perdió...

Se reencontraron de nuevo, quizás por el destino, quizás por las metidas de mano de alguien más, quizás simplemente debían volver a verse. Ambos se gritaron, ambos volvieron a odiarse y quererse, ambos se extrañaron y no se olvidaron a pesar de que las piedras que llevaba el río bajo ellos eran demasiadas...

Se reconciliaron y él selló todo con un beso en donde le demostró a ella que de verdad la quería, no como cuando eran unos niños, sino que como un hombre, uno que la cuidaría, protegería y amaría hasta el final de sus días. Ella expresó lo mismo.

Se casaron bajo el símbolo de su amistad, se entregaron el uno al otro y con sus cuerpos en llamas se dijeron que no habría nada en el mundo que los volvería a separar. Estarían juntos hasta el final de los finales y quizás más allá...

Se miraron risueños, él le acarició la mejilla, ella besó la frente de aquel ser que nació de su amor. Él le susurró un «te amo» y ella le sonrió con los labios y los ojos, él se sintió completamente feliz y la besó en la frente, ella apoyó la nariz en su pequeño y cerró los ojos. Él los observó con dulzura y ternura, ¿quién los viera y quién los ve? Porque quién iba a pensar que aquel par de revoltosos, que lo único que hacían era fastidiar y hacer travesuras, terminarían juntos después de todo lo sucedido entre ambos... Ni ellos lo hubieran imaginado así.

Y ahora la tenía allí, entre sus brazos, dormida y de él, sólo de él... O quizás no tanto ya que su pequeño se interponía. Lo tomó en sus brazos y lo apoyó en él, la besó en la punta de la nariz y cerró los ojos. Ahora sí era completamente de él.

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