Dice una canción que las estrellas son flores que crecen en el cielo para el amor de su vida, en el caso del cantante, también dice que las cuenta una a una porque sabe que son para ella...
Me dijiste una vez que me regalarías lo que quisiera, hasta una estrella si fuera eso lo que deseaba... ¿lo recuerdas?
Lo nuestro no empezó muy tarde, tampoco muy temprano, sino que justo cuando debía empezar, a mis quince (casi dieciséis) y tus diecisiete. A pesar que ya antes tus labios estuvieron sobre los míos y los míos sobre los tuyos en incontables veces, a pesar que mis hermanos y el tuyo dijeran cosas para molestarnos por la edad...
Dice también la misma canción que la chica a quien le canta va ascendiendo a las alturas y él se queda a oscuras, pero que no tiene miedo porque debe ser así...
Yo sí tengo miedo, yo no quería que fuera así, yo no quería que ascendieras a las alturas, yo sí le tengo miedo a la oscuridad, una que apareció cuando te fuiste, una que me nubla la visión, una que no me deja respirar en paz, una que debo ocultar por mis hermanos y por el tuyo...
Lo nuestro no empezó muy tarde y tampoco muy temprano, fue justo cuando las estrellas lo quisieron, cuando empezaron a florecer, cuando las miraste con otros ojos, cuando las contaste para mí... así como lo hizo el chico de la canción... Fue cuando te enamoraste de mí...
Una vez me preguntaste si quería que me regalaras una estrella ¿lo recuerdas? Te respondí que prefería un millón de tus besos y que estos no se agotaran nunca... Simplemente me sonreíste y me miraste, me abrazaste y me susurraste:
«Te daría el sol, te daría la luna y las estrellas, montaría un cometa y visitaría cada uno de los planetas para que tu sonrisa jamás se apagara, jamás. Ordenaría a las flores que danzaran para ti, que el viento te acariciara para que me recordaras a cada instante, le diría a los árboles que te cantaran una canción de amor cada vez que pasas y logren sacarte un suspiro de amor por mí... Me volvería poeta sólo por ti...
»Si sólo me pides una fuente inagotable de mis besos, sólo te puedo pedir a cambio que tus labios siempre estén dispuestos a aceptar los míos, que nunca le niegues un roce, que no los guardes cuando te enojes, que no se escondan cuando te dé vergüenza algo que te diga, que no se oscurezcan cuando la luz se apague...
»Yo no quiero que sufras por mí, no quiero que llores por mí, yo quiero que seas feliz...».
Y ascendiste a las estrellas, la oscuridad me envolvió y tuve miedo, demasiado...
Yo nunca te pedí las estrellas, y ahora sólo quiero que me bajes una y en ella vengas montándola, que me abraces y me digas que nunca más te volverás a marchar, que te quedarás a mi lado para siempre, pero abro los ojos y otra es la realidad, yo sigo contando estrellas, tú sigues saltando de una a otra.
Thais & Nick
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Recovecos
Short StoryCuando la mente decide formar parte de la vida de las personas, aparecen muchas historias que contar, y cada una de ellas es parte de un Universo mágico que hay más allá... Recovecos es la recopilación de varios relatos que nos enseña lo que pasa po...