Desafiando al destino

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Fue hace un tiempo atrás, cuando yo creí que no existía, cuando creí que todo lo que sentía no era verdad, cuando la oscuridad cegaba mi visión...

Fue hace un tiempo atrás que dejé de ser aquello que fui, ya no era más aquel que reía con cada cosa que decían, ya no era más aquel que se acercaba a observar de cerca a las plantas y animales, ya no era más el que una vez fui...

Fue hace un tiempo atrás que todo ocurrió... todo cuanto conocí ya no existió más, ya no valía más, ya no era lo mismo ser y estar...

Fue hace un tiempo atrás, yo no tuve la culpa, simplemente crucé por donde debía, el semáforo me daba la preferencia: luz verde para mí...

Fue hace un tiempo atrás, un auto a toda velocidad, un conductor que no respeta a nadie, un choque, una huida, una luz que se apagaba con lentitud...

Fue hace un tiempo atrás que yo tuve de todo...

Fue hace un tiempo atrás que un auto me embistió y me robó las ganas de vivir, si es que se le podía llamar vivir a eso, perdí mis dos piernas, me convertí en un discapacitado más, un ser que dependía por completo de otros, un ser que a la vez era un no ser porque no podía hacer nada por mí mismo. ¿Por qué vivir de esa manera? ¿Por qué seguir adelante? ¿Por qué simplemente no me fui por completo? No, tenía que quedarme aquí y aguantar, quedarme y ser tratado con indiferencia y menosprecio, ver las caras de quienes me cuidaban mirarme con asco... ¿Por qué? Yo no tuve la culpa...

Fue hace un tiempo atrás que fui cayendo cada vez más en un hoyo profundo, con un odio increíble hacia la sociedad, con sentimientos que jamás creí sentir por nada y por nadie...

Pero ¿acaso podía durar todo eso para siempre? ¿No podría salir de aquel agujero que cada vez me absorbía más? Fue entonces que descubrí un mundo nuevo. Yo pude disfrutar de mis dos piernas por muchos años y ser feliz, ¿pero qué pasaba con aquellos que nacieron sin sus extremidades? Ellos nunca podrán tener la dicha que yo tuve y que me fue arrebatada, ellos nunca podrán disfrutar de aquello. Fue cuando mi corazón frío y oscuro comenzó a declinar y a ver luz, emitió un poco de calor con aquellas risas infantiles de los niños que me rodeaban, esos que me acompañaban día tras día en las terapias —porque a ellos le hacían lo mismo—. Verlos a ellos querer superarse me dio nuevas esperanzas de seguir, porque si ellos quieren y pueden ¿por qué yo no? Quizás me cueste adaptarme, pero sé que un día llegaré a hacer lo mismo que hacía hace un tiempo atrás, al igual que sé que esos niños que me acompañan día tras día también lo harán. Porque al fin y al cabo ¿quién puede detenernos cuando nuestros sueños son tan altos y hermosos que debemos realizarlos? Nada ni nadie se interpondrá entre mi destino y yo, porque sé que algún día llegaré a ser el mejor ciclista que el mundo conocerá, porque ése es mi sueño, ésa es mi fe y mi creencia, porque ése soy yo: un chico que monta una bicicleta a pesar que el destino me quisiera separar de ella, mi mejor amiga.

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