Su cara refleja tristeza y preocupación, siento como si sus ojos verdes pudieran verme el alma.
-¿Qué te parece si vamos a mi casa por té, algo de comer y conversamos allá? - Andrew se levanta del suelo y tiende su mano.
-No- sacudo mi cabeza -Me tengo que ir- intento ponerme de pie ignorando su oferta pero estoy débil, así que apoyo mi peso en el árbol detrás de mí.
-Por lo que veo aquí Aria. no duraras ni una noche en los bosques. Saliendo de mi territorio otros lobos intentarán darte caza, y ya que estás aquí y al fin te he encontrado, o vienes conmigo con buena cara y por tu propia voluntad, o vienes conmigo con mala cara y me harás cargarte hasta casa, de igual forma te vienes conmigo. - sonríe, me gusta su sonrisa.
-No, no me encierres de nuevo ¡por favor! -lloriqueo, me gusta aquí. La noche, las hojas, la tierra, el viento. Prefiero morir antes de volver a estar encerrada, Andrew da un paso adelante y deja un mechón de pelo detrás de mi oreja -retrocedo.
-Hermosa, escúchame. Nadie ha dicho nada sobre encerrarte. ¿Crees que puedas seguirme el paso caminando? ¿O prefieres que te ayude? tienes pinta de perder el equilibrio -dice algo triste.
Yo tampoco me siento muy segura, mis piernas tiemblan y aunque pueda ver más allá de la oscuridad, no veo como cuando era un lobo. Mis niveles de adrenalina bajaron, por lo que empiezo a sentir dolor en el cuerpo.
-¿Pequeña? ¿Prefieres que te cargue?
-¡No! por favor, cargarme no -lo miro con miedo -Caminaré -levanta una ceja en cuanto lo digo.
-Bien, por aquí -vuelve a tenderme la mano pero no se la cojo, en cambio, voy caminando delante de él mientras me señala el camino.
-¿Cuántos años tienes Aria? -Su voz me hipnotiza es grave y melodiosa, representa autoridad.
-Emm... creo que 18. La última vez que vi la fecha fue hace 4 lunas llenas y faltaba un poco mas de un mes para mi cumpleaños. Es el 4 de Agosto.
-Bien. Sigue aquel sendero.
Me señala un camino de tierra y así lo hago, estoy un poco atolondrada así que vamos en marcha lenta pero Andrew nunca lo menciona.
-Yo tengo 27 años, por si quieres saberlo -asiento sin prestarle mucha atención, ya que mi cuerpo duele. -¿Y por qué estabas encerrada? ¿Qué te hicieron?
-No lo sé -Carcajeo nerviosa. Andrew gruñe bajo. Me asusta con el sonido amenazador, y decido contarle antes de que decida hacerme algo.
- Cuando cumplí trece años mis padres me regalaron una excursión a escalar al norte de Canadá, allí me dijeron que había ganado un viaje a Europa por mi buen desempeño y que aquí me reuniría con un grupo profesional de escalada-paro a tomar aire- La cosa es que me subí a un avión y creo que me drogaron porque desperté en mi celda, donde bueno, no salí hasta ahora. -No quiero dar detalles de lo que me hacían en el recinto. Siento que voy a vomitar. Creo que comprende porque cambia el tema.-¿De dónde eres? digo ciudad.
-Seattle, Estados Unidos -¿Dónde estamos? por cierto.
-Irlanda, Bantry. -Un dolor de nostalgia atraviesa mi cuerpo. Estoy tan lejos de casa. Mis padres, mis amigos. ¿Se habrán dado por vencidos buscándome? ¿Me habrán buscado siquiera?
-Hey, todo estará bien princesa- creo que Andrew puede sentir mi dolor, aprieta su mano en mi hombro como dándome fuerzas. Salto.
-Solo, no me toques. ¿Está bien?

ESTÁS LEYENDO
Nuestra Frágil Luna
WerewolfAria es una dañada licántropo que logra escapar del laboratorio donde la mantuvieron cautiva por cinco años. Encontrándose en el camino con el Alfa que sería su compañero. Sin embargo, la especie se encuentra a pasos de la guerra más sangrienta que...