-¿Te sientes mejor?
-No lo sé, es cansancio y siento una presión en el estomago...
-Extrañas a Andrew y Sam, ese es tú dolor en el estomago -dice presionando más fuerte el acelerador.
-No es que no quiera estar contigo -odio la idea y odio la sensación, me hace sentir deprimida.
-Lo sé -sonríe como si supiera algo que yo no. Sus ojos claros están concentrados en el camino y se entrecierran cuando aumenta la velocidad.
-¿Atraparon a los vampiros? -pregunto -¿Cómo es que atacaron a la luz del sol? pensé que solo salían de noche.
-Pudimos atrapar a dos, los otros lucharon hasta morir -responde - Y a tú segunda pregunta, son una mutación de los vampiros, más malvados, no tienen humanidad. Su piel es extraña son distintos, les sacaré una foto cuando vaya a sacarles información para que los veas.
-¿Les irás a sacar información?
-Pues claro.
-¿No son peligrosos?
-No tanto como yo para ellos -vuelve a sonreír.
Mi estomago se encoje aún más con el pensamiento de él con esos asesinos y la necesidad de protegerlo me alberga el cuerpo.
Aparcamos frente a la casa, me pongo el gorro del abrigo antes de salir al frío. Christian se apresura a mi lado y toma mi cintura tomándome por sorpresa, caminamos juntos hacia la puerta.
-Te tengo una sorpresa -mira sonriendo con la boca cerrada y abre la puerta.
-¡Andrew! -siento el jengibre desde la entrada y lo veo ahí parado, con sus pantalones negros, su camisa y un cardigan verde oscuro. Corro hacia él y lo agarro de su ropa atrayéndolo hacia mí. Disfrutando su olor por unos segundos. Dios como lo extrañaba, el lobo salta y aúlla de felicidad.
-Hey... nena -me abraza -todo está bien, no llores -se separa un poco y limpia mis lagrimas con sus pulgares.
-¿Qué haces aquí? ¿Volveremos a casa? -me doy cuanta de mi error y lo ratifico -¿Tú casa? -pregunto mirando esos ojos esmeralda que me quitan el aliento.
-Me quedaré contigo hasta que el lugar nuevo esté listo.
-Andrew - lo saluda Christian dándole la mano -Iré a sacar algunas compras.
-¿Por qué no me lo habías dicho? -Digo dándome vuelta cuando oigo a Christian y me sonríe.
-Tengo que correr a la casa de la manada -dice, luego de volver con unas bolsas -el refrigerador está lleno si quieren cocinarse algo. Volveré tarde.
Andrew está aquí para no dejarme sola. Es obvio, tampoco me molesta demasiado.
-¿Cómo va todo? -pregunta llevándome con él al sillón.
-No lo sé -digo apegándome a su cuerpo, toma mis piernas con una mano y las lleva a su regazo -mejor ahora supongo -le sonrío a medias.
-Bien, entonces vamos a entrenar -me da un corto beso y se pone de pie dándome una mano.
-¿Hablas enserio? -Además que solo quiero estar pegada a él, está congelado fuera.
-No haz hecho nada desde el día que mordiste a Christian, ¿Me equivoco?
-No... -Refunfuño -Pero hace frío...
-Entrarás en calor, vamos -me jala -¿No tienes algo más deportivo que vestir? -Dice observando mis botas y abrigo.
-Compramos algo ayer, iré a cambiarme -pongo mis ojos en blanco y voy a buscar algo en las bolsas.
Voy a la habitación de Christian y me cambio por un pantalón de buzo y una sudadera, amarro mis nuevas zapatillas de deporte y sujeto mi cabello en una coleta alta.
-¿Estás lista? -grita Andrew desde fuera.
-Lo estoy -digo lo suficientemente fuerte para que me pueda oír, entra a la habitación y sonríe al verme, el también se a puesto ropa de deporte. Christian me da más espacio.
-Bien, vamos.
-¿No nos transformaremos? -pregunto saliendo al patio trasero. Es hermoso y muy grande, no se puede ver desde aquí donde acaba.
-Tienes que fortalecer tú parte humana para fortalecer a tú lobo -toma mi mano y nos adentramos un poco más al patio. Diooos, como quiero besar a este hombre, me acerco más a él y levanto la mirada para quedar en frente.
-Andrew...
-No hagas esto Aria, no podré parar -veo como trata de controlar su respiración, apoyo mi cabeza en su pecho y me quedo ahí por unos instantes, refunfuño.
-No quiero correr -lo oigo reír algo más relajado.
-Cinco minutos, vamos -tira mi brazo y corre en frente de mí.
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Nuestra Frágil Luna
WerewolfAria es una dañada licántropo que logra escapar del laboratorio donde la mantuvieron cautiva por cinco años. Encontrándose en el camino con el Alfa que sería su compañero. Sin embargo, la especie se encuentra a pasos de la guerra más sangrienta que...