Aria:
-Más adelante, cuando estés mejor te llevaré -suena triste, como si lo hubiera herido.
Pero cómo se supone que yo me debo sentir, después de lograr escapar del recinto, llego a un lugar del que tampoco puedo escapar.
-¿Cómo yo puedo ser un lobo si mis padres no lo eran?
-Yo creo que lo fueron. Tus padres biológicos, no creo que hayan muerto en un accidente de tránsito, para nosotros es difícil morir.
-¿Quieres decir que alguien los mató?
-Es lo que creo hermosa, tal vez tuvieron algún altercado con otros lobos o algo así. Lo siento.
Todo y ahora esto, como es que me pasa a mí.
Andrew me mira con sus profundos ojos verdes, algo dentro de mí se quiebra, quiero que me proteja, quiero que alguien me quiera. Mis padres me quieren, o me querían, tuve las mejores navidades y las mejores vacaciones con ellos, mi adopción no quitó que me amarán con su vida.-Vamos Aria come algo, te hará bien, después hablamos.
Le hago caso, de todas formas tengo hambre. La comida esta maravillosa, desde que me secuestraron no he comido nada más que una pasta molida insulsa y agua.
-No puedo comer más - digo aunque queda la mitad del plato.
-Está bien - no me presiona y deja la bandeja en el velador.
-¿Entonces ahora vivo contigo? ¿Esto de que la diosa nos destino a estar juntos, es así como un matrimonio? -digo sentándome con las piernas cruzadas al igual que Andrew, quedando frente a frente sobre el cubrecama blanco.
-Si, es básicamente como un matrimonio, pero es algo mucho más fuerte. Los matrimonios se pueden romper, la bendición de la diosa es eterna.
-Si existen los hombres lobo ¿También existen los vampiros? -pregunto cambiando el tema, Andrew lo nota pero no dice nada.
-Si, y sí, es verdad que no nos llevamos muy bien, de hecho estamos en medio de un conflicto con ellos, también hay un par de brujas dando vuelta.
Andrew continúa hablando pero dejo de escucharlo, estoy cansada, han sido muchas emociones y he gastado mis energías del día. De estar sentada paso a una posición horizontal, donde escuchando la voz de mi compañero me quedo dormida.
Despierto sintiéndome como una diosa entre las sabanas, el colchón es definitivamente el mejor invento del hombre, después de dormir en una manta en el suelo por cinco años me encuentro en el cielo. Miro el reloj de velador que indica las doce del día.
Me levanto aunque parte de mi quiere seguir disfrutando de la cama. En el sofá que está a un costado de la habitación hay ropa y un papel "Es tuya Aria, vístete como te plazca" en su mayoría son basics, desde la ropa interior hasta los zapatos. Elijo unos leggins negros y una sudadera blanca, decido ir descalza y salgo de la habitación.
-Buenas tardes Aria - saluda Andrew desde la encimera de la cocina donde escribe algo en una computadora.
-Buenas tardes Andrew.
-¿Cómo dormiste princesa? - me sonrojo ante el apodo.
-De maravilla, no sabes lo que extrañaba los colchones- Andrew sonrie triste, se para y pone pan en el tostador.
-Toma asiento ¿tostadas y té con leche suena bien?
-Suena bien, aunque creo que no soy una gran fanática de la leche.
Andrew se mueve con gracia en la cocina, y no en más de un par de minutos tengo frente a mi un plato con dos tostadas y un tazón de té con leche.
-La leche es por que necesitas grasas Aria. Ten - me entrega unas pastillas y un jugo de naranja -Son las vitaminas que trajo Callum.
Andrew es un ser dominante, acostumbrado a dar ordenes y a que los demás las cumplan, Callum lo había llamado Alfa, esa es la máxima autoridad en los lobos, así que supongo que Andrew lo es. Camina seguro de sí mismo, sabe que decir y cuando decirlo. Me asusta y atrae al mismo tiempo.
Luego de terminar una tostada y medio té me levanto, sin antes recibir una mirada desaprobadora de Andrew, mi plan hoy es conseguir un teléfono y llamar a mis padres, hacerles saber que estoy bien y que pronto regresaré a casa.
Voy a sentarme al sillón de la gran sala de estar, no se que hacer, me siento perdida, en el recinto todos los días era el mismo esquema. ¿Cuál era mi función aquí?
Andrew viene a sentarse a mi lado, hoy viste con una polera blanca, una camisa de jeans abierta encima y unos pantalones negros.
Su olor a jengibre no deja de embriagar mis sentidos, una parte de mi quiere incluso morderlo. Borro rápidamente ese pensamiento de mi cabeza.
Un fuerte dolor en la parte baja de mi estomago me hace gritar, luego otra puntada, más dolor.
-Andrew- susurro antes de que todo se vuelva negro.
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Nuestra Frágil Luna
WerwolfAria es una dañada licántropo que logra escapar del laboratorio donde la mantuvieron cautiva por cinco años. Encontrándose en el camino con el Alfa que sería su compañero. Sin embargo, la especie se encuentra a pasos de la guerra más sangrienta que...